La prueba de estimulación de la hormona de crecimiento es el método definitivo para diagnosticar su deficiencia. No basta con un solo análisis de sangre, ya que los niveles de esta hormona varían a lo largo del día.
La hormona de crecimiento es fundamental para el desarrollo adecuado en la infancia. Es producida por la glándula pituitaria, ubicada en el cerebro, y desempeña un papel clave en el crecimiento al estimular el desarrollo de los tejidos y los órganos. Además de la hormona de crecimiento, la pituitaria secreta otras hormonas esenciales para diversas funciones del organismo.
"La evaluación de crecimiento comienza con el pediatra, cada familia, cada niño tiene su potencial genético, el que va a llegar a su curva, que lo va a llevar a su potencial genético", explicó la Dra. Marina Ruiz, endocrinóloga pediátrica.
Además, señaló que cuando un niño se desvía de su curva de crecimiento o está por debajo de lo esperado, se inicia una evaluación para determinar si existe una deficiencia de la hormona de crecimiento.
"Pero antes de llegar a ese diagnóstico, hay que hablar de otras razones por las cuales el niño no crece bien", indicó. Explicó que el crecimiento inadecuado significa que el niño no está aumentando de talla a un ritmo adecuado para su edad, es decir, "se desvía de ese rate normal de crecimiento".
La especialista agregó que existen diversas causas que pueden afectar el crecimiento, como problemas en la tiroides, diabetes o enfermedades crónicas e inflamatorias. "Son condiciones que se descartan primero antes de llegar al diagnóstico de quizás, tal vez, el niño tiene una deficiencia de hormona de crecimiento", añade.
La endocrinóloga explicó que los pediatras y médicos primarios utilizan curvas de crecimiento específicas para varones y mujeres, las cuales permiten monitorear el desarrollo infantil. "Uno va viendo... vamos a decir que el paciente debe llegar a una estatura de 5 o 7, es su potencial genético, y está creciendo más bien en esa curvita y, de momento, deja de crecer", señaló.
Indicó que una señal de alerta es la disminución en la velocidad de crecimiento. "Baja ese rate de crecimiento de 5 a 7 centímetros al año en la edad prepuberal, y pues ahí comienza la preocupación de que quizás hay una deficiencia de hormona de crecimiento", explicó. En estos casos, se inicia un proceso de evaluación y pruebas para determinar la causa del retraso en el crecimiento.
Para diagnosticar oficialmente una deficiencia de hormona de crecimiento, se inicia con la medición de un marcador específico de esta hormona.
"La hormona de crecimiento se produce en la pituitaria, pasa por el hígado y se convierte en IGF-1, que es el factor que lo ayuda a crecer", explicó la especialista. Si los niveles de IGF-1 son normales, el paciente continúa en observación. Sin embargo, si el crecimiento sigue siendo inadecuado, se procede a una prueba de estimulación de hormona de crecimiento, que es el método diagnóstico definitivo para confirmar la deficiencia.
En Puerto Rico, existen protocolos establecidos para diagnosticar con precisión a los niños con esta condición. Una vez que se confirma el diagnóstico, se descartan otras posibles causas médicas, como enfermedades subyacentes o alteraciones óseas.
"Tenemos que descartar que haya un tumor o alguna malformación en la pituitaria que impida la producción normal de la hormona de crecimiento", indicó. Para ello, se realiza una resonancia magnética (MRI), lo que permite evitar la administración de tratamiento en casos donde la deficiencia se deba a un problema estructural.
Una vez completado este proceso, el paciente está listo para recibir tratamiento con hormona de crecimiento, la cual se produce sintéticamente en laboratorios y cuenta con aprobación para su uso en deficiencia de hormona de crecimiento, así como en ciertas condiciones genéticas.
El tratamiento para la deficiencia de hormona de crecimiento consiste en la administración de un medicamento subcutáneo que se aplica en casa, generalmente por las noches.
"Hay protocolos de seis días a la semana, siete días a la semana, e incluso algunos medicamentos aprobados que se administran solo una vez a la semana", explicó la experta. La elección del tratamiento depende de la cobertura del plan de salud del paciente, aunque todos los esquemas han demostrado ser igualmente efectivos.
El tratamiento semanal ha facilitado el cumplimiento terapéutico, ya que evita la necesidad de aplicarlo diariamente. Sin embargo, en todos los casos, se proporciona un entrenamiento para los padres, y el seguimiento con el endocrinólogo pediátrico se realiza cada cuatro meses.
"No es un proceso complicado para mamá o papá, es bastante fácil. Se suministra por la noche porque la hormona de crecimiento se libera durante las horas de sueño, por eso es tan importante dormir para crecer", destacó la Dra. Ruiz.
En cuanto a los avances recientes, señaló que el desarrollo de medicamentos de larga duración ha sido un cambio significativo. "Hay niños que pueden estar en este tratamiento durante 7, 8 o incluso 9 años, y aplicarlo todas las noches por tanto tiempo representa un desafío para cualquier familia. El haber desarrollado una opción semanal facilita el proceso y garantiza la adherencia al tratamiento", comentó.
Sin embargo, uno de los principales retos actuales es el acceso a estos medicamentos a través de las aseguradoras.
"En el último año he visto más dificultades para que los planes médicos cubran el tratamiento de la deficiencia de hormona de crecimiento. Muchos padres terminan pagándolo en efectivo, lo que representa un reto económico", advirtió. A pesar de ello, aclaró que existen diversas opciones en el mercado, todas con aprobación de la FDA, que deberían estar cubiertas por los seguros médicos.
Finalmente, la endocrinóloga hizo un llamado a los padres a estar atentos al crecimiento de sus hijos y no asumir que una baja estatura se debe únicamente a factores hereditarios.
"Mi consejo siempre es llevarlo al pediatra una vez al año. El médico primario es quien mejor conoce a su hijo y podrá determinar si su crecimiento es adecuado. Siempre es importante preguntar en qué percentil de crecimiento se encuentra y, si hay dudas, solicitar una referencia a un endocrinólogo pediátrico para una evaluación más profunda", concluyó.