Dermatólogo advierte las consecuencias del uso de estos productos que no cuentan con la regulación de la FDA.
Recientemente, las autoridades federales de la aduana incautaron 149 frascos de Botulax en Aguadilla, Puerto Rico, productos que no tienen la regulación debida para ingresar y ser comercializados en el país y además pueden poner en riesgo la salud de la población.
Aunque este hecho no es nuevo en la Isla, las autoridades sanitarias prendieron las alarmas ante la posible proliferación de bótox adulterado o productos con sustancias similares a la toxina botulínica que no están aprobados por la FDA.
Al respecto, el Dr. Luis Ortiz Espinosa, dermatólogo y director médico de Nova Derm Puerto Rico, explicó los riesgos y consecuencias que puede generar el uso indiscriminado de estos productos en la salud pública.
"No hay seguridad en el uso de esos productos"
"Eso no es un problema nuevo en Puerto Rico, sabemos que de algunos lugares traen productos a territorio americano sin pasar por el trámite usual de ser aprobados por la FDA. El problema grande esto es que no hay seguridad de comprar un producto que no sea aprobado o que esté licenciado", afirmó el dermatólogo.
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En este caso, los productos que fueron incautados se conocen como Botulax, provenientes de Corea del Sur, los cuales parece que generan el mismo efecto de la neurotoxina en la piel, que produce la contracción muscular.
"Puede que esos productos tengan el mismo efecto, pero el problema es de seguridad, porque tú no sabes si esos productos están contaminados. El problema de un producto que no esté adecuadamente evaluado es que tengan bacterias o que no tengan la cantidad adecuada de unidades de toxina botulínica", aclaró el Dr. Espinosa.
¿Cómo funciona la toxina botulínica?
Todos los productos con toxina botulínica aprobados por las autoridades sanitarias, son básicamente neuromoduladores cuya función estética se basa en relajar los músculos de la piel y ayudar a suavizar las líneas de expresión. En la mayoría de casos se usa en el rostro.
Para lograr este fin, es importante que cada producto tenga las cantidades correctas de la neurotoxina y que se aplique adecuadamente de acuerdo al objetivo que se desee lograr en la piel.
"Cuando se utilizan en manos inexpertas, estéticamente puede no salir bien. En un frasco hay 100 unidades de la toxina, es una cantidad bien bajita, pero en los productos donde haya una cantidad exagerada, puede causar botulismo", alertó.
El dermatólogo advirtió que la falta de seguridad de esos productos puede desencadenar graves problemas en la salud de la población. Además, puso en conocimiento otra problemática que ha evidenciado en su práctica médica y es el ingreso de sustancias de relleno sin la debida regulación sanitaria.
Alerta por uso de productos como biopolímeros o silicona que no están regulados
"Aparte de esta situación, también nos preocupa la entrada de sustancias de relleno que no son las aprobadas y me refiero a los ´filler´ o rellenos. Algunas de ellas pueden ser biopolímeros o silicona, dos cosas que son totalmente artificiales, que no se reabsorben y pueden dar reacciones sistémicas", afirmó.
¿Qué deben tener en cuenta las personas antes de realizarse procedimientos estéticos de este tipo?
El uso de las sustancias no reguladas puede venir tanto de médicos como de centros de estética, por eso, el dermatólogo enfatiza en la importancia de que el paciente acuda a centros médicos garantizados y pueda conocer de primera mano la sustancia que le van a inyectar.
"El médico debe enseñarle claramente lo que le está poniendo y el paciente puede pedir que le enseñen la caja y el frasco del producto que le van a inyectar. Otro consejo que le doy a los pacientes es que se cuiden de esas ofertas demasiado atractivas, porque nadie puede inyectar un relleno o bótox cobrando menos de lo que cuesta", concluyó.