El hombre tenía antecedentes de asma en la infancia, pero no presentaba síntomas hasta que empezó a trabajar con impresoras 3D que liberaban perlas de plástico caliente.
Un paciente de mediana edad, con antecedentes de asma en la infancia y rinitis alérgica ambiental, sin historial de medicación ni tabaquismo, experimentó tos, opresión torácica recurrente y dificultad para respirar después de utilizar impresoras 3D de deposición fundida que liberaban perlas de plástico caliente.
Inicialmente, las impresoras empleaban filamentos de plástico ABS, y el paciente notó mejoría en sus síntomas durante los fines de semana, cuando no estaba expuesto a las máquinas.
El médico recetó un inhalador de salbutamol, el cual alivió los síntomas. Un mes después, los exámenes médicos, incluyendo radiografía de tórax, electrocardiograma y espirometría, mostraron resultados normales.
Después de tres meses, el paciente cambió a filamentos de ácido poliláctico (PLA) y redujo el número de impresoras a cinco. También introdujo un purificador de aire con filtro de partículas y un cartucho orgánico. Aunque sus síntomas mejoraron, aún experimentaba dificultad respiratoria y opresión torácica en el trabajo.
Debido a la persistencia de los síntomas, se sometió a una prueba de provocación con metacolina después de ocho meses, que dio positivo, indicando reactividad bronquial inespecífica y asma leve.
Quince meses después del inicio de los síntomas, se realizaron mediciones del flujo máximo, mostrando flujos buenos sin reducción en el entorno de trabajo. Con el tiempo, los síntomas mejoraron y se resolvieron, confirmado por una prueba de metacolina normal con una PC20 > 16 mg/ml.
Para realizar una impresión en 3D se requiere depositar y fusionar materiales como plásticos, metales y cerámicas en capas mediante la fabricación aditiva. Si bien es una tecnología relativamente nueva, se ha utilizado para muchas aplicaciones industriales como la producción de modelos y moldes para la fabricación, y tiene un considerable potencial para la creación de prótesis e implantes.
Aunque la impresión 3D es muy prometedora, también existe la posibilidad, como ocurre con la mayoría de las nuevas tecnologías, de que tenga consecuencias negativas, como la posibilidad de efectos sobre la salud derivados de la exposición a emisiones atmosféricas, en particular compuestos orgánicos volátiles (COV) y partículas ultrafinas que se producen durante diversos procesos de impresión con esta maquinaria.
El paciente había dejado de presentar síntomas relacionados con el asma durante muchos años antes de desarrollar síntomas respiratorios tras la exposición a las emisiones de la impresión en 3D. Según los autores, esto pudo haber sido inducido por irritantes o podría hacerse debido a una exacerbación irritante del asma, debido a sus antecedentes.
Sin embargo, señalan que la sensibilización de novo a un alérgeno respiratorio generado durante el proceso de impresión 3D, en particular al utilizar ABS, también es una posibilidad.
Por ello, la resolución completa de los síntomas y la hiperreactividad de las vías respiratorias tras cambiar el proceso de trabajo es coherente con el asma ocupacional, ya sea por una respuesta irritante o por sensibilización. Por lo tanto, no está claro si este caso fue inducido por un sensibilizante o por un irritante.
Acceda al caso completo aquí.