Este caso destaca la importancia de los estudios de imagen multimodales y plantea la necesidad de reconsiderar las estrategias de detección en mujeres no fumadoras, población en la que se observa un incremento creciente de esta neoplasia.

Una paciente de 62 años acudió a nuestro hospital para evaluación de cálculos renales. Durante la anamnesis, la paciente refirió encontrarse previamente sana, sin antecedentes de tabaquismo y negando síntomas respiratorios o cardiovasculares.
El único hallazgo relevante fue una pérdida ponderal significativa en los últimos meses. El examen físico mostró signos vitales estables, con presión arterial de 92/51 mmHg, frecuencia cardíaca de 81 latidos por minuto y auscultación cardiopulmonar sin alteraciones.
Como parte del estudio por imágenes, se realizó una tomografía computarizada de tórax que reveló de manera incidental una lesión tumoral en el lóbulo superior del pulmón derecho, acompañada de adenopatías hiliares y mediastínicas. Los vasos linfáticos perilesionales mostraban engrosamiento y aspecto nodular, sugestivo de infiltración neoplásica.
La ecocardiografía transtorácica identificó una masa hipoecoica de 5.1 × 3.4 cm en la aurícula izquierda, íntimamente relacionada con la vena pulmonar derecha.
Este hallazgo se confirmó mediante tomografía computarizada contrastada de cuello, tórax y abdomen superior, que demostró continuidad de la masa con la vena pulmonar superior derecha. Adicionalmente, se detectó un nódulo metastásico en la glándula suprarrenal derecha.
La resonancia magnética cerebral con contraste reveló una lesión ovalada en el hemisferio izquierdo con realce central anular, característica de metástasis craneal. Ante estos hallazgos, se procedió a realizar biopsia pulmonar con estudio histopatológico e inmunohistoquímico.
El examen microscópico mostró células neoplásicas dispuestas en nidos con patrón de crecimiento infiltrativo, marcada atipia celular y proliferación del estroma fibroso. El panel inmunohistoquímico confirmó el diagnóstico de carcinoma de pulmón de células no pequeñas, con positividad para citoqueratina, citoqueratina 7 y TTF1, expresión de PD-L1 del 22% (TPS), e índice de proliferación Ki-67 del 20%. Las tinciones para NapsinA, P40, P63 y CK5/6 resultaron negativas.
El estudio molecular mediante secuenciación completa del exoma identificó mutaciones en TP53 (mutación frameshift en el exón 4 con abundancia del 48.6%), KMT2A (exón 22, abundancia 25.95%) y MSH2 (exón 16, abundancia 2.6%). Estos hallazgos confirmaron el diagnóstico de NSCLC en estadio IVB, con metástasis múltiples que descartaban la posibilidad de tratamiento quirúrgico.
Después de una evaluación multidisciplinaria que incluyó cardiología, cirugía cardiovascular y oncología, se estableció un plan de tratamiento basado en inmunoterapia combinada con quimioterapia. El régimen seleccionado consistió en carboplatino más pemetrexed asociado a tislelizumab, un inhibidor del punto de control inmunológico.
Durante las primeras semanas de tratamiento, la paciente toleró adecuadamente el esquema terapéutico, sin presentar reacciones adversas significativas.
Su estado funcional se mantuvo estable con un performance status de 1, y el peso corporal permaneció sin cambios. No obstante, antes de poder evaluar la respuesta tumoral objetiva, la paciente decidió suspender el tratamiento debido a limitaciones económicas y la carga psicológica asociada al proceso terapéutico prolongado.
Este caso ilustra de acuerdo a Li Chen et al., una presentación atípica de cáncer de pulmón en varios aspectos. Primero, la paciente es una mujer no fumadora, un grupo demográfico en el que se ha observado un incremento preocupante de la incidencia de NSCLC en los últimos años, posiblemente relacionado con exposición a humo de combustibles domésticos o factores ambientales aún no completamente caracterizados. Segundo, la metástasis a la aurícula izquierda a través de la vena pulmonar representa una ruta de diseminación poco frecuente que contrasta con el patrón hematógeno habitual.
El mecanismo fisiopatológico de la metástasis cardíaca involucra una compleja interacción entre las células tumorales circulantes y el microambiente local. Las células neoplásicas deben romper la membrana basal vascular y atravesar la barrera endotelial, un proceso facilitado por macrófagos asociados al tumor que aumentan la permeabilidad vascular mediante la liberación de factores de crecimiento endotelial. La señalización de quimiocinas como CCR2 y CXCL12 desempeña un papel crucial en la agregación de macrófagos y células cancerosas hacia los vasos sanguíneos, promoviendo la intravasación tumoral.
La ausencia de síntomas cardiopulmonares en esta paciente, a pesar de la extensa carga tumoral, plantea un desafío diagnóstico importante. La mayoría de los casos reportados de metástasis auricular izquierda se manifiestan con disnea, dolor torácico, arritmias o incluso fenómenos embólicos.