Las personas con alto riesgo genético para desarrollar gota tienen un riesgo significativamente mayor de sufrir enfermedades cardiovasculares en comparación con aquellos con menor predisposición genética.
La combinación de una predisposición genética a la gota y hábitos de vida poco saludables incrementan significativamente el riesgo de enfermedad cardiovascular. Este estudio, dirigido por el Dr. Ki Won Moon de la Universidad Nacional de Kangwon y el Dr. Sang-Hyuk Jung de la Universidad de Pensilvania, fue publicado en la revista RMD Open.
La investigación analizó datos de 224,689 participantes de ascendencia europea del Biobanco del Reino Unido y 50,364 de ascendencia asiática oriental del Estudio de Epidemiología y Genoma de Corea (KoGES).
Los autores utilizaron una puntuación de riesgo poligénico para clasificar a los participantes en grupos de riesgo bajo, intermedio y alto en relación con la gota.
Los resultados del estudio indicaron que existe una relación significativa entre la predisposición genética a la gota, los hábitos de vida poco saludables y el riesgo de enfermedad cardiovascular.
Específicamente, se observó que las personas clasificadas en el grupo de alto riesgo genético para desarrollar gota presentaban un riesgo notablemente mayor de padecer enfermedades cardiovasculares en comparación con aquellos que tienen una menor predisposición genética.
En la cohorte del Biobanco del Reino Unido, los individuos que tenían una alta predisposición genética a la gota y que además mantenían hábitos de vida desfavorables (como mala alimentación, falta de ejercicio y tabaquismo) tenían un riesgo casi el doble de desarrollar una enfermedad cardiovascular (un hazard ratio ajustado de 1.99). Esto significa que, después de ajustar por otros factores, el riesgo de enfermedad cardiovascular en este grupo es 99% más alto en comparación con aquellos que tienen un riesgo genético bajo.
Asimismo, aquellos que tenían un alto riesgo genético y presentaban mala salud metabólica (como sobrepeso, hipertensión o diabetes) también mostraron un incremento considerable en su riesgo cardiovascular, con un hazard ratio ajustado de 2.16. Esto implica que estas personas tenían un 116% más de probabilidad de desarrollar enfermedades cardiovasculares en comparación con aquellos con bajo riesgo genético.
A pesar de este aumento en el riesgo, el estudio plantea que adoptar un estilo de vida saludable puede reducir el riesgo cardiovascular en hasta un 62% en individuos con alto riesgo genético, y en un 46% en aquellos con bajo riesgo genético.
Los autores, para este momento mencionaron lo importante que es el papel de la prevención, indicando que "la puntuación de riesgo poligénico para la gota no solo puede ayudar a prevenir la gota, sino también la enfermedad cardiovascular".
Recomiendan cambios en el estilo de vida, como la pérdida de peso, dejar de fumar, realizar ejercicio regularmente y mantener una dieta saludable, como estrategias efectivas para mitigar estos riesgos.
Es importante señalar que las definiciones de estilo de vida y síndrome metabólico variaron entre las cohortes, lo que podría haber influido en los hallazgos.
Además, la recopilación de datos sobre hábitos de vida y salud metabólica se realizó en el momento de la inscripción, lo que puede introducir sesgos debido a cambios en estas variables durante el seguimiento.
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