Los pacientes con enfermedad arterial periférica van a experimentar síntomas relacionados a la disminución en el flujo de sangre en esa área específica que no tiene sangre suficiente.
El colesterol constituye una de los factores de riesgo más importantes asociados a la enfermedad arterial periférica (EAP), así como los niveles altos de presión y de homocisteína, entre otros, que pueden contribuir a que se presenten estrecheces en las arterias, dificultando el flujo sanguíneo hacia las extremidades.
Desde el trigésimo primer congreso puertorriqueño de cardiología, la Revista Medicina y Salud Pública conversó en exclusiva con el Dr. Juan Nieves, cardiólogo especialista en fallo cardíaco, señaló que la enfermedad arterial periférica es más común en pacientes con obesidad o sedentarios.
"Estas estrecheces que suceden, la mayoría de las causas, es por colesterol en niveles elevados, la vida sedentaria, pacientes que mantienen sus niveles de LDL por encima de los niveles recomendados, y eso ocasiona que el colesterol se acumule en aquellos espacios en los que las arterias son pequeñas como en las piernas, los brazos, las arterias del riñón, etc".
Sin embargo, existen otros factores de riesgo asociados al desarrollo de esta condición, que se hacen con frecuencia, como fumar.
"Fumar es un factor de riesgo para el desarrollo de enfermedad periférica arterial, porque no solamente acelera el proceso de formación de placas ateroscleróticas, sino que también provoca disfunción en la vasodilatación de los vasos sanguíneos", mencionó. "A las arterias les cuesta trabajo dilatarse para que la sangre pueda llegar bien, y esto en un paciente que tiene estrecheces, hace que el riego sanguíneo a todos los tejidos sea un poco más problemático".
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Según el especialista, los pacientes con enfermedad arterial periférica van a experimentar síntomas relacionados a la disminución en el flujo de sangre en esa área específica que no tiene sangre suficiente.
"En las piernas, por ejemplo, la sangre no va a llegar bien a la sangre distal de la pierna y los pacientes tienden a tener los tobillos y las pantorrillas frías, pero sobre todo desarrollan claudicación (necesidad de descanso por dolor en la zona afectada)".
"Mientras más proximales o más arriba sean esas oclusiones, menos sangre está llegando a los tobillos, la pantorrilla, los muslos y eso puede provocar otros síntomas", mencionó. "Además de dolor en las piernas, los varones pueden desarrollar disfunción eréctil, la distribución de vellosidad, pueden desarrollar úlceras que tardan mucho tiempo en sanar".
La primera conversación que sostiene el especialista con sus pacientes con sospecha de enfermedad arterial periférica, o alguno de los síntomas anteriormente mencionados, es sobre la severidad de los síntomas y más detalles de los mismos, seguido de una serie de exámenes físicos.
"Tenemos que confirmar el diagnóstico, y lo hacemos a través de medidas no invasivas, como un ankle brachial index, un sonograma, o invasivas, como las angiografías periféricas".
Ahora bien, una vez se confirma el diagnóstico de EAP, antes de empezar a trazar una línea de tratamiento, es importante que el paciente cuente con apoyo emocional para que su proceso de aceptación sea más efectivo.
"Es importante entender que esto es una condición como la diabetes o la presión alta, y hay que tratarlas, y lo importante es disminuir riesgos", aseveró. "Si seguimos teniendo el azúcar descontrolada, el colesterol alto, si seguimos fumando, si no hacemos ejercicio, y no tengo estilos de vida saludables, pero sobre todo, si no vamos con el médico, no seguimos las recomendaciones de los especialistas, el riesgo de que esta condición pueda seguir progresando y pueda generar complicaciones mayores a largo plazo, aumenta".
Y es que dentro de las complicaciones más extremas, pero posibles, está la amputación del miembro afectado.
"El mensaje que queremos llevar es ese, ¿tienes enfermedad arterial periférica o tienes el riesgo de tenerla? habla con tu médico, vamos a hacerte unos estudios para determinar si realmente lo tienes, porque esto es una enfermedad progresiva, que si no tratamos a tiempo, tiene unas complicaciones a largo plazo, y la que queremos evitar es la amputación de las piernas".
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