Una particularidad de esta vena es su conexión con numerosas venas tributarias, que se adhieren a ella con el propósito de aliviar la presión ejercida por las arterias circundantes.
Durante la Convención Anual de la Sociedad de Cirugía Vascular y Endovascular de Puerto Rico, se abordaron diversas cuestiones, entre las cuales se destacó el análisis de los inconvenientes asociados al síndrome de compresión de la vena renal izquierda. Esta vena desempeña un papel crucial al transportar la sangre purificada por el riñón izquierdo.
"Cuando se contrae surge un problema anatómico, la vena suele transitar por encima de la arteria principal del cuerpo, la aorta, se ve afectada al igual que la arteria superior mesentérica, provocando una compresión significativa", detalló el Dr. Gabriel Pereira, especialista en cirugía vascular y endovascular.
¿Qué pasa cuando ocurre un síndrome de compresión de la vena renal?
El Dr. Pereira explicó que el síndrome de compresión de la vena renal conlleva a la restricción del flujo sanguíneo y la salida desde el riñón. Una particularidad de esta vena es su conexión con numerosas venas tributarias, que se adhieren a ella con el propósito de aliviar la presión ejercida por las arterias circundantes.
Con el tiempo, estas venas adicionales pueden dilatarse, lo que en ocasiones resulta en un reflujo pélvico. Esta condición puede generar acumulación de sangre en el riñón, manifestándose como hematuria y dolor pélvico.
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"Este es un diagnóstico que realmente los pacientes van a diferentes especialistas, descartando cosas más comunes y cuando no se encuentra la causa o se encuentra incidentalmente con un estudio de imágenes, nos refieren a los pacientes", agregó el especialista en cirugía vascular y endovascular.
Opciones de tratamiento
El galeno enfatizó la importancia de reconocer que el síndrome de compresión de la vena renal tiene el potencial de impactar significativamente la calidad de vida de aquellos que lo padecen. En situaciones como estas, resulta imperativo considerar la intervención quirúrgica como una medida necesaria.
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Además, el especialista señaló que existen otras alternativas de tratamiento viables, entre las que se encuentran:
Tratamiento conservador o médico: suele aplicarse en casos de pacientes menores de 18 años, enfocándose en la recomendación de ganar peso. Esta estrategia busca generar un aumento en el ángulo de compresión de la vena, lo que generalmente contribuye a aliviar la situación.
Tratamiento farmacológico: su objetivo principal radica en la mitigación del dolor. Además, se pueden llevar a cabo bloqueos en el área circundante al riñón como medida para gestionar de manera efectiva el dolor experimentado por el paciente.
Intervención quirúrgica: como previamente se indicó, esta modalidad de tratamiento se emplea cuando la calidad de vida de los pacientes se ve comprometida. En este enfoque, se busca crear espacio a través de procedimientos endovasculares o cirugía abierta, con el propósito de restablecer la funcionalidad adecuada y aliviar los síntomas.
"Este síndrome no es muy común, sin embargo, es más prevalente en pacientes jóvenes, tiene un pico en la tercera edad y para esa época, esa compresión ya ha creado varios problemas", concluyó.