Resaltan la labor de los alergistas en las enfermedades autoinmunes.
Agencia Latina de Noticias de Medicina y Salud Pública
Los medicamentos biológicos o moleculares constituyen la era actual de tratamiento contra las enfermedades inflamatorias y autoinmunes como la dermatitis atópica.
Así lo expresó el doctor Rafael Zaragosa, presidente de la Asociación Puertorriqueña de Médicos Alergistas, quien resaltó que la Administración Federal de Drogas y Alimentos (FDA) ha logrado aprobar tratamientos este año contra una enfermedad que afecta más a la comunidad pediátrica.
Las expresiones del especialista se dieron en el marco de la convención de la asociación el sábado 2 de diciembre, a la cual asistieron más de 200 médicos y profesionales de la salud.
La afección, causada por la mutación de las proteínas de la piel, es conocida por ser una de las expresiones más severas de alergia en la piel y está asociada a un cúmulo de factores de susceptibilidad que prueba una deficiencia en el cemento de las células de la piel, lo que hace que se reseque y cause infecciones.
Los medicamentos biológicos permitirían bloquear los mediadores que exacerban el proceso inflamatorio de la enfermedad.
“Estos medicamentos son de más precisión. La FDA se mueve en esa línea. Ya el primer biológico fue aprobado y se aplica también a tempranas edades como a los 12 años y se estudia su aplicación en niños de 5 años. Tenemos mucha esperanza en estos medicamentos que bloquean respuestas inflamatorias y evitan la exacerbación del picor en este tipo de enfermedades”, explicó.
También destacó el rol de las terapias tópicas como los esteroides, hoy día fabricados con mínimos riesgos secundarios.
Además, reiteró la importancia del tratamiento multidisciplinario como los nutricionistas. pues estos pacientes requieren de dietas libres de alérgenos para evitar las exacerbaciones de la enfermedad.
Zaragosa resaltó que la enfermedad tiene un fuerte componente hereditario y genético y que de no tratarse a tiempo, los pacientes están en riesgo de desarrollar otras enfermedades como el linfoma así como el que se afecten órganos internos como los riñones.
Más allá, la línea fina entre la detección de esta enfermedad y el descartar que las expresiones cutáneas o procesos inflamatorios no puedan ser causados por afecciones inflamatorias.
“El rol de los pediatras en el referido a los alergistas es crítico debido a las pruebas de laboratorios específicas para diagnosticar alergias. Ese es el mensaje que hay que llevarle a los pediatras porque hay muchas pruebas que arrojan falsos positivos”, destacó.