El "segundo cerebro": Importancia del intestino en enfermedades reumáticas

La Dra. Rosaly Cartagena, psicóloga y nutricionista, desde la nueva edición de ReumaExpo 2024 informa la relación de la salud intestinal en el inicio y la severidad de las enfermedades reumáticas como el lupus, esclerodermia, sjogren, y envejecimiento prematuro, entre otras.

Laura Guio

    El "segundo cerebro": Importancia del intestino en enfermedades reumáticas

    Las enfermedades reumáticas son el grupo de trastornos que afectan las articulaciones, músculos, huesos y tejidos conectivos caracterizados por inflamación, dolor, y rigidez en diferentes áreas del cuerpo, según la condición y tienen un origen autoinmunitario (provocadas por nuestras propias células). 

    "Nuestro intestino se conoce como el segundo cerebro y tiene más injerencia en nuestra salud de lo que nosotros pensamos, porque el intestino es como una comunidad que está poblada por diferentes grupos, en este caso de bacterias, virus, hongos, y cada una de estas poblaciones que se encuentran en nuestro intestino tiene una función importante. Y si algo pasa dentro de esa comunidad que me afecta la estabilidad, pues vamos a tener consecuencias en ese ambiente de la comunidad, así mismo pasa con el intestino" asegura la Dra. Rosaly.

    Esa comunidad a la que la Dra. Cartagena se refería en su analogía, son los cien billones de bacterias que habitan en el intestino, es decir la microbiota o flora intestinal, los cuales cumplen una función protectora frente a enfermedades y agentes patógenos que ayudan en la metabolización de los alimentos ingeridos.

    Recientemente, se ha revelado que el intestino es el órgano humano que contiene la mayor cantidad de células inmunitarias. En este contexto, la microbiota parece desempeñar un papel crucial, o al menos actúa como un mediador, en las enfermedades relacionadas con el sistema inmunológico.

    Es decir que, si hay desbalance en la microbiota y hay mayor población de microorganismos patógenos, la función del sistema inmune se ve afectada y ahí se prolifera el desarrollo de enfermedades autoinmunes, como son las enfermedades reumáticas. Altamente caracterizadas por desencadenar inflamación crónica en el paciente.

    "El intestino tiene más funciones de las que pensamos no solamente se encarga de regular la comida y eliminarla, sino que tenemos una barrera intestinal que se encarga de mantener ese balance entre esa población buena y aquella que sí está en más cantidad de la que se debe puede afectar, ocasionando inflamación en nuestro cuerpo." explica la Dra. Rosaly para luego ahondar en aquellas funciones relevantes del intestino.

    Función metabólica: Favorecer la digestión de ingredientes no digeribles.

    Función de barrera: Producción de compuestos antimicrobianos para evitar la colonización de microorganismos patógenos. 

    Función de defensa: Desarrollo del sistema inmune intestinal y producción de moco protector. 

    Función de mantenimiento: Maduración del tubo digestivo promotor de la mucosa intestinal y la actividad enzimática. 


    Posibles causas del desequilibrio en la microbiota intestinal

    Existen muchos factores que pueden causar un desequilibrio en la microbiota o flora intestinal y resultar en disbiosis; las siguientes son las más comunes según la Doctora Rosaly:

    Dieta no balanceada: Cualquier cambio en la dieta que aumente la cantidad de azúcares, grasas y carbohidratos pondrá al cuerpo en riesgo de padecer un desequilibrio de la flora intestinal.

    Medicamentos: Algunos medicamentos, sobre todo los antibióticos cuando son consumidos en exceso tienden a perjudicar la flora intestinal y ocasionar un desequilibrio (disbiosis)

    Estrés crónico: Al sentir emociones de estrés se libera la hormona del cortisol y este provoca inflamación en el sistema y  síntomas como diarrea, cólicos, estreñimiento, entre otros.

    ¿Cómo tener una microbiota intestinal saludable?

    Para finalizar, la especialista da algunos consejos para evitar el desequilibrio en la microbiota, como la implementación de una dieta balanceada puede ayudar a reducir la inflamación, debe ser variada rica en frutas, vegetales, cereales integrales, asegurarse de consumir al menos de 20 a 30 gr de fibra diarios, acompañar de hidratación continua para evitar estreñimiento.

    Aumentar la ingesta de prebióticos, alimentos que contienen alto contenido de fibra (actúan como nutrientes para la microbiota humana) y se utilizan para mejorar el equilibrio de estos microorganismos. 

    Consumo de probióticos, los cuales son microorganismos vivos no patógenos que aportan diversos beneficios a la salud del huésped, así mismo, son conocidas por sus propiedades antiinflamatorias y por mejorar la respuesta inmune del cuerpo humano. Los podemos encontrar en alimentos como el yogurt, kombucha, vegetales fermentados, entre otros.

    Incluir Ingesta de lentejas, avena, semillas de chía, aguacate, plátano, espárragos, repollo agrio y omega 3, así mismo, evitar fumar y consumir alcohol.

    Reducir el consumo de azúcares, harinas refinadas y lácteos, realizar ejercicio físico, dormir lo suficiente y controlar el estrés a través de técnicas de relajamiento.




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