Artritis reactiva: ¿Cómo funciona esta respuesta inflamatoria a infecciones bacterianas como la clamidia?

Ojos irritados y enrojecidos, ardor al orinar o una erupción en las palmas de las manos o las plantas de los pies luego de una infección pueden ser signo de este tipo de artritis.

Jhoser Bermúdez Guerrero, Carolina González Quiceno

    Artritis reactiva: ¿Cómo funciona esta respuesta inflamatoria a infecciones bacterianas como la clamidia?

    La artritis reactiva es una afección inflamatoria la cual se revela como respuesta a infecciones por bacterianas, y que particularmente afectan al sistema gastrointestinal. De hecho, dentro de las infecciones más comunes que provocan la artritis reactiva está la infección de transmisión sexual como Chlamydia trachomatis e infecciones intestinales como Campylobacter, Salmonella, Shigella y Yersinia.

    Por lo general, es una infección bacteriana en las vías urinarias, el aparato digestivo o los genitales la que desencadena la afección, aunque los síntomas de la artritis con frecuencia no comienzan sino hasta unas semanas después de que se haya recuperado de la infección.

    Artritis reactiva predominante en hombres entre los 20 y 50 años

    Según indica el Colegio Americano de Reumatología: "La artritis puede presentarse varias semanas después de la infección. Anteriormente conocida como el síndrome de Reiter, la artritis reactiva es una ´espondiloartropatía´. A menudo afecta a hombres entre los 20 y 50 años, y los síntomas pueden durar días o convertirse en una afección crónica".

    Ardor al orinar como indicio de artritis reactiva

    Los indicios de la artritis reactiva abarcan desde dolor e hinchazón en las rodillas, tobillos o talones, hasta irritación intensa en dedos de manos y pies, junto con molestias persistentes en la parte baja de la espalda, que suelen agravarse durante la noche o al despertar.

    "Puede causar ojos irritados y enrojecidos, ardor al orinar o una erupción en las palmas de las manos o las plantas de los pies. Para diagnosticar la artritis reactiva, un reumatólogo puede buscar estos síntomas, así como signos de la infección original", indica el Colegio Americano de Reumatología.

    Infecciones y el desarrollo de Artritis Reactiva

    Los síntomas de la artritis reactiva generalmente comienzan de 1 a 6 semanas después de una infección de las vías urinarias, el aparato digestivo o los genitales, aunque por la general, cuando se presentan los síntomas de la artritis, la infección ya ha desaparecido. Los principales síntomas son:

    • Dolor y rigidez en las articulaciones: pueden estar adoloridas, enrojecidas e hinchadas, especialmente en las rodillas y los tobillos. Puede levantarse rígido por la mañana y sentir dolor por la noche. Las articulaciones afectadas suelen estar en un lado del cuerpo.

    • Inflamación de las vías urinarias: el aumento de la frecuencia urinaria y el ardor al orinar son signos de inflamación de las vías urinarias.

    • Inflamación ocular: los ojos pueden presentar enrojecimiento, dolor, ardor, picazón, párpados con costra, visión borrosa o sensibilidad a la luz.

    Una enfermedad poco usual que no es la regla

    De esta manera, el artículo destaca que es vital importancia recordar que la mayoría de las personas que llegan a contraer este tipo de infecciones comunes no desarrollan artritis reactiva.

    "Las personas que dan positivo en la prueba del gen HLA-B27 pueden tener un mayor riesgo de sufrir artritis grave o crónica, pero aquellas que dan negativo también pueden tener artritis reactiva", precisó.

    Efectividad en los tratamientos

    Como en la mayoría de enfermedades un diagnóstico temprano y el tratamiento de la artritis reactiva son clave, es por esto que se recomienda que los pacientes que noten síntomas de artritis un mes después de una infección bacteriana deben consultar a un médico de inmediato para obtener un diagnóstico.

    "Existen tratamientos efectivos para la artritis reactiva, que varían según la etapa de la enfermedad. En la etapa aguda temprana, se tratan con medicamentos antiinflamatorios no esteroides (AINE) para reducir la inflamación".

    Mientras que, en fases crónicas, se recurre a medicamentos modificadores de la enfermedad (FAME) como la sulfasalazina o el metotrexato. Cuando la inflamación articular es severa, se pueden necesitar inyecciones de corticosteroides o incluso tratamientos biológicos como el c o el adalimumab.

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