La apnea del sueño es un trastorno grave del sueño que se produce cuando la respiración de una persona se interrumpe durante el sueño
Por: Agencia Latina de Noticias de Medicina y Salud Pública
La apnea del sueño es un trastorno grave del sueño que se produce cuando la respiración de una persona se interrumpe mientras duerme. Las personas con esta condición -y que no están sometidas a tratamiento- incluso pueden dejar de respirar durante cientos de veces en un mismo período de descanso. Por lo general, la apnea se produce porque el afectado no obtiene suficiente oxígeno.
La condición se clasifica en dos tipos: apnea obstructiva del sueño (AOS), apnea central del sueño (ACS) y apnea del sueño mixta. De estas, la AOS es el tipo más diagnosticado a nivel mundial, ya que el 84% de casos de pacientes con esta condición manifiestan los signos de apnea obstructiva del sueño, ocasionada por el bloqueo de las vías respiratorias durante el sueño.
A diferencia de otros trastornos, la apnea del sueño no tiene una población de riesgo específica porque puede afectar a cualquier persona de cualquier edad, incluyendo niños. Sin embargo se conocen ciertos factores de riesgo que propician la condición. Entre ellos:
Si una persona con este trastorno no se diagnostica a tiempo o no recibe el tratamiento adecuado, también se vuelve propenso a otros problemas de salud relacionados con la presión arterial (hipertensión), insuficiencia cardíaca, ataques cardíacos, diabetes, depresión, entre otros. Además, desmejora notablemente el rendimiento en la vida cotidiana.
Los afectados por apnea del sueño no perciben el momento en el que dejan de respirar. Sin embargo, sus consecuencias se pueden notar inmediatamente después del descanso con algunos de estos síntomas:
Si cree que una persona puede padecer de apnea del sueño, se puede solicitar al médico primario o a la entidad de salud una prueba llamada polisomnograma. Este es un estudio que se realiza mientras la persona duerme para detectar si en realidad presenta episodios de apnea u otras condiciones relacionadas al sueño.
Usualmente, estos examenes se realizan en centros de sueño o laboratorios especializados en el sueño. Allí, los pacientes se registran y son monitoreados durante todo su descanso por doctores o técnicos que analizan los resultados y los síntomas que registra el paciente.
En estos estudios, a la persona se le colocan electros en su cara y cuero cabelludo, encargados de enviar señales eléctricas al equipo de medición. Las señales son provocadas por la actividad cerebral y muscular de cada paciente. Sin embargo, su registro se realiza de forma digital. También, los médicos colocan cinturones alrededor del pecho y abdomen para medir la respiración y registrar cambios, una sonda de oxímetro para medir los niveles de oxígeno en la sangre.
Algunos estudios también pueden acompañarse de EEG (electroencefalograma) para registrar y medir las ondas cerebrales, EMG (electromiograma) para revisar si hay actividad muscular y determinar el sueño en la etapa REM, ECG (electrocardiograma) para registrar la frecuencia y el ritmo cardíaco, entre otras pruebas. La decisión de apoyar el diagnóstico en estos otros examenes clínicos siempre depende del médico tratante y de cada caso en particular.
Los especialistas afirman que los casos leves de apnea del sueño pueden tratarse con éxito en casa. Desde la detección de este trastorno, las medidas más efectivas para minimizarlo son:
La máscara está conectada a una máquina que suministra un flujo continuo de aire hacia la nariz. Este flujo de aire ayuda a mantener abiertas las vías respiratorias para que la respiración sea regular. También hay una presión positiva en dos niveles en la vía aérea, o BPAP, que es similar a la CPAP, pero el flujo de aire cambia cuando inhala y luego exhala.
Otras opciones de tratamiento incluyen dispositivos dentales, elaborado por odontólogos y ortodoncistas especialistas en esta afección. Tales dispositivos ayudan al paciente a mantener la vía aérea abierta mientras duerme.
En caso de que la condición se produzca por factores más severos como el tabique nasal desviado, mandíbula inferior pequeña o sobremordida o amígdalas agrandadas, se pueden recurrir a procedimientos quirúrgicos para tratarla.
Los tipos más comunes de cirugía para la apnea del sueño incluyen:
Existen procedimientos de oficina mínimamente invasivos que reducen y endurecen los tejidos blandos del paladar blando. Si bien estos procedimientos han sido efectivos en el tratamiento del ronquido, no se conoce su efectividad en el tratamiento de la apnea del sueño a largo plazo.
Para las personas que no pueden usar un CPAP, ahora está disponible un dispositivo implantado llamado Inspire.
El dispositivo, llamado estimulador de la vía aérea superior, consiste en un pequeño generador de pulso colocado debajo de la piel en la parte superior del tórax. Un cable que conduce al pulmón detecta el patrón de respiración natural de la persona. Otro cable, que conduce al cuello, proporciona una estimulación leve a los nervios que controlan los músculos de las vías respiratorias, manteniéndolos abiertos.
Un médico puede programar el dispositivo desde un control remoto externo. Además, aquellos que tienen Inspire usan un control remoto para encenderlo antes de acostarse y apagarse al despertarse por la mañana.