El cáncer de pulmón de células no pequeñas es una enfermedad por la que se forman células malignas en los tejidos del pulmón.
Tipos de cáncer de pulmón
Hay dos tipos principales de cáncer de pulmón: cáncer de pulmón de células no pequeñas y cáncer de pulmón de células pequeñas
Cada tipo de cáncer de pulmón de células no pequeñas tiene distintas clases de células cancerosas las cuales se pueden multiplicar y esparcir de formas distintas. Los tipos de cáncer de pulmón de células no pequeñas dependen de qué clase de células se encuentran y cómo se visibilizan ante el microscopio del especialista.
Carcinoma de células escamosas: es el cáncer que se forma en las células delgadas y planas que revisten el interior de los pulmones. También se conoce como carcinoma epidermoide.
Carcinoma de células grandes: es el cáncer que empieza en varios tipos de células grandes.
El adenocarcinoma: es el cáncer que empieza en las células que revisten los alvéolos y producen sustancias como el moco.
Otros tipos menos comunes de cáncer de pulmón de células no pequeñas son el carcinoma adenoescamoso, carcinoma sarcomatoide, carcinoma de glándulas salivales, tumor carcinoide y carcinoma no clasificado.
Los factores de riesgo del cáncer de pulmón
Las principales causas del cáncer de pulmón son: fumar cigarrillos, pipas, la edad en que la persona empieza a fumar, cuanto más a menudo fume y cuánto tiempo lleva fumando, esto aumenta el riesgo de presentar cáncer de pulmón.
Las personas que se exponen al humo del tabaco, a sustancias como el amianto, el arsénico, el cromo, el berilio, el níquel, el hollín o el alquitrán.
También existe el riesgo cuando se está expuesto a la radiación
Por ejemplo, la radioterapia dirigida a la mama o el tórax, vivir en una zona contaminada, tener antecedentes familiares de cáncer de pulmón, estar infectado por el virus de inmunodeficiencia humana (VIH) y consumir complementos de betacaroteno, la edad y ser fumador.
Los síntomas más frecuentes son:
Molestia o dolor en el tórax.
Tos que no se va o que empeora con el tiempo.
Dificultad para respirar.
Sibilancias.
Sangre en el esputo (moco expulsado de los pulmones al toser).
Ronquera.
Pérdida de apetito.
Pérdida de peso sin razón conocida.
Sensación de mucho cansancio.
Dificultad para tragar.
Hinchazón en la cara o en las venas del cuello.
Pruebas de laboratorio: son procedimientos médicos para los que se analizan muestras de tejido, sangre, orina u otras sustancias del cuerpo. Estas pruebas ayudan a determinar un diagnóstico, planificar y controlar el tratamiento, o vigilar la enfermedad a lo largo del tiempo.
Radiografía del tórax: se encarga de los órganos y huesos del interior del tórax. Un rayo X es un tipo de haz de energía que puede atravesar el cuerpo y plasmarse en una película que muestra una imagen de áreas del interior del cuerpo.
La Tomografía computarizada: es el procedimiento para el que se toma una serie de imágenes detalladas de áreas del interior del cuerpo, como el tórax, desde ángulos diferentes.
Así mismo, si se sospecha cáncer de pulmón se realiza una biopsia por aspiración con aguja fina del pulmón, la cual es la extracción de tejido o líquido del pulmón mediante una aguja fina. Se usa una TC, ecografía u otra prueba con imágenes para encontrar el tejido o líquido anormales en el pulmón. A veces se hace una pequeña incisión en la piel para pasar la aguja de biopsia hasta el tejido o líquido anormales.
Tratamiento
Es importante identificar el estadio o nivel en el que se encuentra la enfermedad para así llevar una de todas las opciones existentes de tratamiento durante el proceso de cada paciente. Estos pueden ser:
Cirugía
Radioterapia
Quimioterapia
Terapia dirigida
Inmunoterapia
Terapia láser
Si se encuentra cáncer de pulmón, se debe considerar la participación en alguno de los múltiples ensayos clínicos que se hacen para mejorar el tratamiento. En casi todo el mundo existen ensayos clínicos para pacientes con cáncer de pulmón de células no pequeñas en cualquier estadio.
Fuentes consultada aquí
