El sultiame actúa como un inhibidor de la anhidrasa carbónica, lo que se ha vinculado a la fisiopatología de la apnea obstructiva del sueño. Este mecanismo podría explicar su eficacia y ofrecer una nueva vía terapéutica para abordar la enfermedad.
Recientes investigaciones han revelado que el sultiame, un fármaco contra la epilepsia comercializado en Europa como Ospolot, puede ser efectivo en la reducción de los síntomas de la apnea obstructiva del sueño (AOS).
Estos hallazgos se presentaron en el Congreso de la Sociedad Respiratoria Europea de 2024 y se basan en un estudio que involucró a casi 300 adultos con AOS.
La apnea obstructiva del sueño es una condición que causa interrupciones en la respiración durante el sueño, a menudo tratada con dispositivos mecánicos como la CPAP (presión positiva continua en las vías respiratorias) y férulas orales.
Sin embargo, el Dr. Jan Hedner, profesor de medicina respiratoria en el Hospital Universitario Sahlgrenska, señala que la adherencia a estos tratamientos es baja, con menos del 50% de los pacientes continuando con la CPAP después de tres a cuatro años.
Esto ha llevado a la búsqueda de alternativas farmacológicas que puedan ofrecer un tratamiento más tolerable.
El sultiame actúa como un inhibidor de la anhidrasa carbónica, lo que se ha identificado como un posible mecanismo fisiopatológico subyacente en la AOS.
En el estudio, los participantes fueron asignados aleatoriamente a recibir dosis diarias de sultiame (100 mg, 200 mg o 300 mg) o un placebo. Los resultados mostraron reducciones significativas en el índice de apnea/hipopnea (IAH) para todos los grupos de tratamiento, con mejoras del 17,8%, 34,8% y 39,9%, respectivamente. La dosis de 300 mg demostró ser la más eficaz, con una reducción del 47,1% en la apnea en un análisis posterior.
Además, los participantes que recibieron las dosis de 200 mg y 300 mg mostraron mejoras en la saturación media de oxígeno durante la noche y en las puntuaciones de somnolencia, indicando una mejor calidad de sueño. La calidad del sueño también se vio beneficiada, y no se observaron reducciones clínicas relevantes en el sueño REM.
Los eventos adversos reportados fueron generalmente moderados y consistieron en parestesia, dolor de cabeza, fatiga y náuseas, todos dentro de un perfil de seguridad conocido para el sultiame.
No se reportaron problemas de seguridad cardiovascular, lo que sugiere que el sultiame podría ser una opción segura para los pacientes.
A pesar de los resultados prometedores, Shamim-Uzzaman mencionó que se necesitan investigaciones adicionales para identificar los fenotipos de AOS que podrían beneficiarse más de esta terapia y para determinar si los efectos positivos del sultiame se mantienen a largo plazo.
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