Médicos insisten en la necesidad de mejorar la detección de este tipo de lupus para evitar mayores consecuencias en los pacientes.
La paniculitis por lupus eritematoso (LEP) es una variante rara del lupus eritematoso cutáneo que se caracteriza por nódulos subcutáneos eritematosos, a menudo dolorosos, dolorosos o placas en áreas grasas del cuerpo y un grupo de investigadores encontró que este no es detectado a tiempo, por lo que insisten en que se deben encontrar mecanismos de atención primarios y específicos en función de la población afectada.
La medicina indica que el lupus eritematoso sistémico (LES) forma parte de las llamadas enfermedades autoinmunes sistémicas. Consiste en una alteración de la autoinmunidad, por la que el paciente fabrica en exceso una serie de proteínas, llamadas anticuerpos, que atacan algunas de sus células y órganos.
El estudio fue aprobado por las juntas de revisión institucional de Partners Healthcare y la Escuela de Medicina Grossman de la Universidad de Nueva York, en el que también participaron investigadores de Harvard y la Universidad de Ciencias de la Salud en Ponce, Puerto Rico.
Entre los resultados de la investigación, el grupo de médicos detectó una demora diagnóstica media global de 19.2 meses; mientras que en pacientes sin LES ni LED el retraso fue de 29.8 meses.
“Esto es notable dada la atrofia y el cambio de contorno permanente asociado con LEP. El 68.7 por ciento de pacientes presentó atrofia, lo que sugiere una asociación de retrasos en el diagnóstico con desfiguración potencialmente prevenible”, destacan los investigadores del estudio retrospectivo.
La paniculitis lúpica (PL) es una forma infrecuente de lupus eritematoso cutáneo crónico, cuyo diagnóstico requiere una adecuada correlación clínico-patológica, especialmente si constituye la primera manifestación de lupus eritematoso (LE).
Dependiendo del estado evolutivo de las lesiones, la biopsia puede mostrar cambios poco específicos que dificultan el diagnóstico. Existen pocas series publicadas sobre esta entidad.
Según lo discutido por la comunidad médica, este a menudo se produce una lipoatrofia (disminución del tejido adiposo (grasa) situada bajo la piel) profunda, lo que puede conducir a una desfiguración grave. Si bien la LEP se aísla con frecuencia, puede ocurrir la coexistencia con lupus eritematoso discoide (DLE) (denominado lupus profundus) o lupus eritematoso sistémico (SLE), del cual menudo se retrasa el diagnóstico y por ello aumenta el riesgo de secuelas, como atrofia y calcinosis.
La literatura existente sobre LEP se limita a pequeñas series de casos lo que conduce a características clínicas y algoritmos de tratamiento poco definidos. Por esa razón un grupo de investigadores presentaron una serie de casos de 61 pacientes con LEP confirmado en donde buscaron una asociación inicial el tratamiento y los casos con LES y LED.
A la fecha el origen del lupus eritematoso sistémico es desconocido, y de acuerdo a la información existente se cree que tiene una base genética, con influencia de factores ambientales, hormonales, etc.; además no es una enfermedad infecciosa, por tanto, no se contagia porque es una alteración inmunológica de quien la padece.
También encontraron que la mayoría de los pacientes requirieron más de 2 terapias sistémicas, lo que sugiere que la LEP a menudo es refractaria a la terapia de primera línea, generalmente hidroxicloroquina.
Agregaron que aquellos pacientes con SLE o DLE coexistente experimentaron más enfermedad refractaria, es decir, “el 42 por ciento estaba recibiendo terapia inmunosupresora en el momento del diagnóstico de LEP, lo que sugiere que la LEP en el contexto de SLE o DLE es particularmente recalcitrante a la terapia”, explicaron.
Para finalizar insistieron en que la paniculitis por lupus eritematoso es rara y difícil de diagnosticar, particularmente en aquellos sin SLE o DLE en la presentación, por lo que los hallazgos anteriormente descritos indican la importancia de diagnósticos más tempranos.
Lupus en Puerto Rico
Con datos extraídos de distintas aseguradoras de salud del País, la prevalencia del LES en Puerto Rico es de 159 pacientes por cada 100 mil pacientes.
"Esto coloca a Puerto Rico como uno de los países con mayor tasa de LES del mundo. También resulta interesante la alta proporción de mujeres que padecen de LES en la isla. En otros grupos étnicos la proporción de mujeres a hombres con LES varía de 5:1 a 9:1. Sin embargo, en Puerto Rico esta es mucho más alta, aproximadamente de 13:1", revela el estudio publicado por la revista de Medicina y Salud Pública.
Consulte la investigación aquí.