En un entorno saturado de información, la función de los bibliotecarios se vuelve crucial, pues una de sus tareas más importantes es enseñar a los futuros profesionales de la salud a evaluar críticamente los recursos de información disponibles.
La Biblioteca del Recinto de Ciencias Médicas de la Universidad de Puerto Rico, dirigida por Efraín Flores Rivera, es un recurso vital para las seis escuelas profesionales del recinto. Según Efraín, "la Escuela de Medicina, Medicina Oriental, Farmacia, Escuela Graduada de Salud Pública, Escuela de Profesiones de la Salud y Enfermería", acceden a ella especialmente para investigaciones y como recurso principal de información.
Esta biblioteca se distingue por su extensa colección de más de un millón de recursos impresos y cientos de miles de títulos de revistas científicas y libros digitales, accesibles 24/7 para la comunidad académica.
En octubre, la biblioteca celebra el Mes del bibliotecario de Ciencias de la Salud, una ocasión especial para resaltar la labor fundamental que desempeñan en el desarrollo académico y la investigación en el ámbito de la salud.
"El mes del bibliotecario de Ciencias de la Salud es una actividad que se celebra y conmemora a nivel de todo Estados Unidos, incluyendo a Puerto Rico, para recordar y celebrar el trabajo que hacemos", explica Efraín.
Este mes, se enfoca en la importancia del acceso a la información y cómo los bibliotecarios apoyan a los profesionales de la salud en su formación y práctica diaria.
En un entorno saturado de información, la función de los bibliotecarios se vuelve crucial: "Uno de nuestros papeles más importantes es enseñarles a los futuros profesionales de la salud a evaluar críticamente los recursos de información disponibles".
"Nuestra biblioteca cuenta con la más extensa colección de información y recursos para atender las necesidades de la salud y la educación en todas las profesiones de la salud de Puerto Rico y el Caribe", comenta.
Lo que sí es cierto, es que al día de hoy, los bibliotecarios han transformado sus servicios, combinando recursos presenciales y virtuales. "Durante la última década, las bibliotecas del Recinto de Ciencias Médicas se han transformado en bibliotecas híbridas", señaló.
Esto les permite ofrecer acceso a una amplia gama de colecciones de revistas arbitradas, libros y recursos audiovisuales en línea, así como servicios de orientación virtual mediante chat. Sin embargo, justo aquí, donde aumenta el flujo de información gracias a la tecnología, es donde su labor es más importante, ya que educan y orientan para tener cierto filtro con la información.
Recientemente, la biblioteca se ha sumado al Programa de Capacitación para Bibliotecas de Ciencias de la Salud, auspiciado por la National Library of Medicine. Esta iniciativa busca capacitar a los bibliotecarios para utilizar "All of Us", una plataforma desarrollada por los NIH que recopila información de salud de un millón de voluntarios. "Hemos entrado en el Programa de Capacitación para aprender a utilizar la plataforma, con el objetivo de acelerar la investigación en el área de las ciencias de la salud".
Además, la biblioteca obtuvo una subvención de $150,000 del National Endowment for the Humanities para digitalizar su colección histórica, que incluye documentos relevantes de la salud en Puerto Rico. "Nuestra biblioteca, además de ser de tecnología avanzada, es la Biblioteca Nacional de Salud de Puerto Rico y cuenta con una extensísima colección de recursos históricos que datan desde el siglo XIX", dice con orgullo.
Finalmente, el experto concluye que, para mantenerse relevantes, los bibliotecarios de Ciencias de la Salud deben desarrollar habilidades en análisis de datos y programación, "definitivamente tenemos que entrar en el mundo de la ciencia de datos, del Big Data y en el mundo de la programación".
Además, deben cultivar una perspectiva amplia que incluya los determinantes sociales de la salud: "Tratamos siempre de ser personas cultas, educadas y no quedarnos dentro del cuadrito del área de la ciencia de la salud".