Un nuevo estudio relaciona la exposición acumulativa a triglicéridos altos y la diabetes en adultos jóvenes de 20 a 39 años.
La investigación, liderada por Min-Kyung Lee del Departamento de Medicina Interna del Hospital Myongji, apunta a una clara asociación entre la exposición acumulativa a la hipertrigliceridemia y un mayor riesgo de diabetes tipo 2 en adultos jóvenes.
Es un aumento de los niveles de triglicéridos en ayunas por encima de 175 mg/dL. Las causas predominantes incluyen el sobrepeso-obesidad, el consumo excesivo de alcohol, una dieta rica en hidratos de carbono (especialmente si constituyen el 60% o más de las calorías totales) y la falta de actividad física. No obstante, también puede haber elevaciones debidas a factores genéticos.
La Fundación Hipercolesterolemia Familiar expone las principales razones de este evento, aquí algunas de ellas:
Obesidad
Síndrome Metabólico
Aumento de la ingesta de alcohol ( >40 gramos diarios)
Diabetes (especialmente tipo 2)
Hipotiroidismo
Enfermedad Renal (proteinuria, glomerulonefritis)
Embarazo (especialmente en el tercer trimestre)
Lupus eritematoso sistémico y enfermedades autoinmunes
Fármacos (corticosteroides, estrógenos orales, tamoxifeno, tiazidas, secuestradores de ácido biliares, ciclofosfamida, inhibidores de la proteasa y antipsicóticos de segunda generación)
La investigación publicada el pasado 21 de enero del 2024, abarcó a 1,840,251 participantes de edades comprendidas entre los 20 y 39 años, y que se sometieron a cuatro controles de salud anuales consecutivos, reveló datos significativos. Aquellos participantes sin antecedentes de diabetes tipo 2 fueron categorizados en cinco grupos según las frecuencias de diagnóstico de hipertrigliceridemia durante un período de cuatro años (puntuación de exposición de 0 a 4).
La incidencia acumulada de diabetes tipo 2 mostró un aumento significativo a medida que las puntuaciones de exposición a la hipertrigliceridemia aumentaban, según una prueba de rango logarítmico, con un valor de p inferior a 0,001. Esto indica que hay una asociación estadísticamente significativa entre la exposición a niveles elevados de triglicéridos y el riesgo de desarrollar diabetes tipo 2.
Los índices de riesgo ajustados multivariables se utilizaron para evaluar este riesgo. Revelaron tasas de incidencia de diabetes tipo 2 de 1,674, 2,192, 2,637 y 3,715 para participantes con puntuaciones de exposición de 1 a 4, respectivamente, en comparación con aquellos con una puntuación de exposición de 0. Estos valores proporcionan una medida ajustada del riesgo, teniendo en cuenta varios factores.
En términos prácticos, esto implica que cuanto más alta sea la exposición acumulativa a la hipertrigliceridemia, mayor será el riesgo de desarrollar diabetes tipo 2. Este hallazgo tiene implicaciones importantes para la prevención y el manejo de la diabetes tipo 2 en esta población demográfica, destacando la necesidad de intervenciones específicas para controlar los niveles de triglicéridos y reducir el riesgo de esta enfermedad metabólica.
Para el Instituto Nacional de la Diabetes y las Enfermedades Digestivas y Renales es de vital importancia retrasar la aparición de esta enfermedad metabólica, con un enfoque claro en la adopción de hábitos más saludables. Por lo que exponen algunos consejos, aquí se explican algunos de ellos.
La pérdida y mantenimiento del peso son piedras angulares en la prevención de la diabetes. Perder entre el 5% y el 10% de su peso actual puede marcar la diferencia. Por ejemplo, para alguien con un peso inicial de 200 libras (90.7 kilos), el objetivo sería alcanzar una pérdida de entre 10 y 20 libras (4.5 y 9 kilos). Mantener este peso perdido es igualmente crucial.
Adoptar un plan de alimentación saludable implica reducir las calorías diarias, con el propósito de perder peso y evitar su recuperación. Esto implica porciones más pequeñas, menos grasa y azúcar, y una variedad equilibrada de alimentos, incluyendo granos integrales, frutas y verduras. Limitar la carne roja y evitar las carnes procesadas también son pautas a tener en cuenta.
La actividad física regular ofrece beneficios invaluables, no solo en la pérdida de peso, sino también en la reducción de los niveles de azúcar en la sangre. Con un objetivo de al menos 30 minutos de ejercicio al menos cinco días a la semana, se recomienda hablar con el proveedor de salud para determinar el régimen más adecuado, especialmente si se es principiante en la actividad física.
El hábito de fumar puede contribuir a la resistencia a la insulina, un factor de riesgo para la diabetes tipo 2. Dejar de fumar no solo beneficia la salud pulmonar, sino que también reduce el riesgo de desarrollar esta enfermedad metabólica.
Al adoptar estos cambios de estilo de vida, no solo se reduce el riesgo de diabetes tipo 2, sino que también se mejoran otros aspectos de la salud general, brindando una mayor sensación de bienestar y energía.