Alteraciones en el genoma de ómicron cambiarían sus efectos clínicos en las personas que se infectan
La nueva variante que ha alertado a expertos e investigadores se caracteriza por ser la derivada del COVID-19 con mayor cantidad de mutaciones acumuladas en su genoma, y al parecer estas alteraciones son las responsables de los cambios perceptibles en los síntomas de las personas que se han contagiado.
Uno de los cambios que más ha llamado la atención, ha sido el olfato. A diferencia de otras olas de contagio, la variante ómicron no afectaría el sentido del olfato en las personas que contraen el virus, a pesar de que este síntoma sea catalogado como uno muy específico del COVID-19, sin embargo, se mantienen signos como la tos, flujo nasal y malestar general.
Esto se vio reflejado recientemente en Noruega, cuando una persona que llegaba de Sudáfrica infectó a cerca de 70 de 110 personas que se encontraban en un restaurante de Oslo: de estas personas, solamente el 12% perdió el olfato y el gusto.
Síntomas de menor gravedad
Las autoridades y expertos insisten en que esta variante es menos peligrosa para el organismo, pero más contagiosa entre las personas.
El cuadro clínico es muy similar a un catarro o resfriado común, con un pequeño aumento en la fatiga y el malestar general. Sin embargo, algunos especialistas recomiendan no bajar la guardia en materia de protección, pues aún se adelantan investigaciones referentes a esta nueva variante y su impacto en el organismo.
Ante la sospecha de contagio:
Procure un aislamiento preventivo de inmediato, una vez identifique los síntomas anteriormente mencionados, y solicite realizarse la prueba de diagnóstico tan pronto como sea posible. Recuerde que el virus aún se encuentra vigente y no debe pasar por alto los síntomas de resfriado común.
Lave sus manos con frecuencia, extreme el uso de mascarilla y mantenga el distanciamiento social establecido por las autoridades.