La enfermedad de Buerger, también conocida como tromboangitis obliterante, es una vasculitis no aterosclerótica que afecta principalmente a las arterias y venas de pequeño y mediano calibre en las extremidades.
Una mujer de 40 años, con antecedentes de tabaquismo activo intenso (50 paquetes-año), consumo de sustancias psicoactivas y diabetes mellitus, acudió al servicio de urgencias por episodios autolimitados de 5 a 20 minutos de duración, caracterizados por retracción de la comisura de los labios, babeo y movimientos involuntarios anormales, sin pérdida de conciencia, relajación de esfínteres, desviación de la mirada o mordedura de lengua.
Además, presentaba dolor punzante en el miembro superior derecho, acrocianosis ( decoloración azul o cianótica persistente de las extremidades), cicatrización lenta y necrosis en los dedos segundo, cuarto y quinto de la mano derecha. La prueba de Allen fue positiva.
Se realizaron estudios analíticos, que resultaron normales. Los diagnósticos diferenciales incluyeron embolización sistémica, trombofilia, enfermedad de Buerger (EB), vasculitis, aterosclerosis y vasculitis relacionada con lupus eritematoso sistémico.
Los estudios de autoinmunidad y trombofilia no fueron concluyentes, y se descartó una fuente de embolia sistémica mediante ecocardiografía y Doppler vertebral.
Además se le realizó una resonancia magnética cerebral por sospecha de síndrome convulsivo focal, que reveló un área de isquemia en la región frontal derecha con transformación hemorrágica petequial.
Este hallazgo se atribuyó a una posible migración de trombos desde la trombosis arterial del miembro superior derecho. La angiografía por resonancia magnética no mostró lesiones vasculares, y la videotelemetría descartó actividad epileptiforme.
Los estudios dúplex arteriales y venosos de las extremidades superiores e inferiores mostraron ateromatosis difusa. El 18 de octubre de 2020, la paciente presentó gangrena en los dedos, requiriendo terapia ablativa con exploración de los vasos del antebrazo derecho, simpatectomía y amputación de las falanges distales de los dedos meñique y anular.
Se inició anticoagulación oral con warfarina y nifedipino (30 mg dos veces al día) para prevenir vasoespasmo y favorecer la cicatrización.
El 23 de octubre de 2020, la paciente presentó cefalea pulsátil en la sien. Un Doppler de las arterias temporales y una angiografía de los vasos torácicos descartaron afectación de grandes vasos.
El 25 de octubre de 2020, una angiografía por tomografía computarizada (TC) de las extremidades mostró ausencia de opacificación de la arteria radial izquierda en la mitad distal del antebrazo, sin otros hallazgos relevantes.
En noviembre de 2020, se completó la cicatrización de las heridas, y la paciente fue dada de alta con un régimen terapéutico que incluía warfarina (5 mg una vez al día), aspirina (100 mg una vez al día), nifedipino (30 mg dos veces al día), pregabalina (150 mg dos veces al día) y paracetamol (1 g tres veces al día).
Además, se indicó fisioterapia con manipulación del tejido conjuntivo y terapia interferencial tres veces por semana durante tres meses, junto con la recomendación de cesación tabáquica.
La enfermedad de Buerger, también conocida como tromboangitis obliterante, es una vasculitis no aterosclerótica que afecta principalmente a las arterias y venas de pequeño y mediano calibre en las extremidades.
Se asocia fuertemente con el consumo de tabaco y puede presentar complicaciones graves, como isquemia, necrosis y amputaciones.
Este caso (Juan Frías-Ordoñez, et al), ilustra la complejidad de la enfermedad de Buerger, especialmente en pacientes con factores de riesgo como el tabaquismo y la diabetes mellitus.
Por otro lado, el uso de marihuana se ha reportado como una causa de BD en varios casos, aunque su papel como agente causante a menudo se ha confundido con el consumo concomitante de tabaco.
Cuando se asocia con marihuana, la BD parece afectar las extremidades superiores con la mitad de frecuencia, aunque también se ha descrito el compromiso de las extremidades inferiores y superiores. Se han reportado casos de arteritis asociada con el uso de marihuana, y la mayoría de los pacientes también son fumadores.
Similar a la BD asociada con el tabaco, la mayoría de los casos de arteritis asociada con marihuana se han descrito en pacientes más jóvenes, en su mayoría hombres, que tienen un compromiso más frecuente de las extremidades inferiores en lugar de las superiores.
La afectación cerebral, aunque rara, puede ocurrir debido a la migración de trombos desde las extremidades, como se evidenció en este caso. La presencia de isquemia cerebral con transformación hemorrágica petequial deja ver que es importante el manejo de estos pacientes.
El diagnóstico de enfermedad de Buerger se apoyó en los antecedentes de tabaquismo, la clínica de isquemia y necrosis en las extremidades, y los hallazgos angiográficos. La biopsia de piel mostró hallazgos tardíos de necrosis, lo que respaldó el diagnóstico.
El manejo incluyó anticoagulación, terapia vasodilatadora, manejo del dolor y fisioterapia. La cesación tabáquica fue fundamental para prevenir recurrencias y complicaciones adicionales.