Recientemente, estudios revelaron que las altas temperaturas representan un peligro para la salud cardiovascular, impactando principalmente a personas que padecen hipertensión.
En los últimos años, el cambio climático se ha convertido no solo en una problemática ambiental, sino también en una problemática de salud pública de suma importancia, dado que se ha demostrado que las altas temperaturas, las cuales son cada vez más frecuentes y prolongadas impactan de manera negativa en nuestro cuerpo, especialmente en la salud cardiovascular.
Los cardiólogos de la Fundación Española del Corazón (FEC) han lanzado una alerta sobre cómo estos extremos de temperatura pueden influir en la tensión arterial, especialmente en personas con hipertensión.
El calor y su impacto en la tensión arterial.
Las altas temperaturas provoca la dilatación de los vasos sanguíneos, esto se podría considerar positivo, dado que reduce la presión arterial, sin embargo, en pacientes con hipertensión o enfermedades cardiovasculares preexistentes, la dilatación de los vasos puede resultar problemática, ya que, el cuerpo intenta compensar esta dilatación incrementando el ritmo cardíaco para mantener la presión adecuada, provocando un aumento del esfuerzo del corazón.
El Dr. José Luis Palma, vicepresidente de la FEC, destaca que este fenómeno es particularmente preocupante en la población anciana, quienes pueden tener una capacidad disminuida para regular estos cambios fisiológicos.
"El calor afecta no solo a la presión arterial, sino también a la función general del sistema cardiovascular, exacerbando condiciones preexistentes y provocando nuevos episodios en personas que nunca habían presentado problemas de este tipo", explica el Dr. Palma.
Según las cifras arrojadas por el FEC, durante las temporadas de extremo calor, se observa un aumento en los ingresos hospitalarios por eventos cardiovasculares. Las personas con hipertensión son especialmente vulnerables, ya que su sistema cardiovascular ya está bajo presión. La deshidratación, común en estas situaciones, también contribuye a aumentar la viscosidad de la sangre, incrementando el riesgo de coágulos y eventos como infartos y accidentes cerebrovasculares.
Por lo tanto, los expertos recomiendan a los pacientes hipertensos adoptar una serie de medidas preventivas durante los meses donde las temperaturas aumenten:
Hidratación Adecuada: Mantenerse bien hidratado es crucial para ayudar al cuerpo a regular su temperatura y mantener una presión arterial estable.
Evitar exposición directa al sol: Se aconseja minimizar la exposición al sol durante las horas pico de calor, generalmente entre las 11 a.m. y las 5 p.m.
Revisar la medicación: Consultar con un médico sobre la posibilidad de ajustar la medicación durante las olas de calor, especialmente los diuréticos, que pueden aumentar el riesgo de deshidratación.
Monitoreo regular de la presión arterial: Mantener un control regular de la presión arterial para detectar cualquier variación significativa que pueda necesitar intervención médica.
Investigaciones y perspectivas futuras
De acuerdo con un reciente estudio publicado por la revista The Lancet, revela que los fallecimientos atribuibles por las olas de calor podrían superar a las causadas por el frío en las próximas décadas, si no se implementan medidas preventivas efectivas, además, refuerza la suma importancia de tomar conciencia sobre los riegos asociados con el calor extremo.
A medida que el cambio climático continúa modificando los patrones climáticos globales, los riesgos para la salud cardiovascular se vuelven más evidentes. Las altas temperaturas no solo afectan a aquellos con condiciones preexistentes, sino que también representan un riesgo para la población general.
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