Respecto a este hábito, las conclusiones científicas poco coinciden con las creencias populares.
La práctica de crujirse los dedos es muy común, al igual que las creencias sobre ella. Entre las más populares, se suele escuchar que “es malo”, “causa dolor”, “daña las articulaciones”, incluso “engruesa las articulaciones”, pero la ciencia no respalda estas afirmaciones.
El crujido es una reacción normal del organismo que resulta del estallido de las burbujas de aires que se forman en el líquido sinovial, encargado de nutrir y lubricar los cartílagos, y que surgen debido al cambio de presión en el interior de las articulaciones.
Según la traumatóloga Renata Gregorio Paulos, especialista en manos del Instituto de Ortopedia y Traumatología del Hospital das Clínicas de la Facultad de Medicina de la Universidad de São Paulo (HCFMUSP): "Hasta ahora, no hay pruebas científicas de que el hábito pueda causar daños a la salud de las manos o engrosar las articulaciones”.
Pero el efecto de reventar estas burbujas a propósito ha sido estudiado durante décadas por la medicina. Como ejemplo, Gregorio Paulos menciona un estudio sobre la posible relación entre el chasquido de dedos y la aparición de artritis y artrosis, que ganó fama entre los profesionales del área. Se trata de un artículo informal publicado por el científico y médico estadounidense Donald Unger en forma de carta en la revista científica Arthritis and Rheumatism, en 1998.
El médico procuró chasquear los dedos de su mano izquierda al menos dos veces al día durante 50 años. Mientras tanto, no se crujió los nudillos de la mano derecha para que sirvieran de "grupo de control". Calculó que los nudillos de su mano izquierda se habían "chasqueado" más de 36 000 veces. Al cabo de las cinco décadas, ninguna de sus manos presentaba artritis, diferencias en las articulaciones de los dedos ni problemas con el líquido sinovial.
"Se trata de un informe casi anecdótico. Pero otros estudios han hecho este experimento con grandes grupos de personas y tampoco han podido demostrar que chasquear los dedos tenga alguna influencia en el aspecto físico o en la salud de las articulaciones", sostiene la traumatóloga.
La ciencia ha comprobado que no hace daño, pero ¿hace bien? Además de investigar la relación del hábito con la mayor propensión a desarrollar enfermedades articulares, Gregorio Paulos señala que también se han hecho estudios en busca de beneficios.
"Algunos análisis han observado que el rango de movimiento de la articulación aumenta un poco después de chasquear los dedos, pero nada significativo, y al cabo de un rato las articulaciones vuelven a su estado normal", añade.
En conclusión, el hábito de sonarse los dedos no afecta, ni negativa ni positivamente, a la salud de las articulaciones
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