En la zona existen alrededor de ocho centros de diálisis.
La población de pacientes renales dependientes de diálisis constituye unos de los grupos de pacientes más importantes desde el punto de vista médico durante emergencias, tal cual la que atraviesa Puerto Rico en estos momentos debido al paso del huracán Fiona.
Al cierre de esta nota, LUMA asegura que ha restablecido el servicio de 475,000 clientes en Puerto Rico. No obstante, mientras el País no cuente con el servicio, los profesionales de la salud tienen que incurrir a la implementación de protocolos de emergencia o a la dependencia de plantas eléctricas dependientes de gasolina o diesel.
Según en entrevista con el Dr. Bryan Pagán Rivera, nefrólogo miembro del Grupo de Nefrólogos del Oeste, como parte de los protocolos durante emergencias atmosféricas, en los centros de diálisis se le redujeron las horas de servicios a los pacientes para poder cumplir la demanda de servicio.
Sin embargo, el que la zona aún no cuente con los servicios de agua y luz provoca un impacto debido a que los pacientes que se realizan el proceso de hemodiálisis desde el hogar, tienen que moverse a los centros de servicio más cercano para recibir el mismo en medio de la afectación que aún permea en la Isla a raíz del huracán Fiona.
Pagán Rivera indicó que existen alrededor de 500 pacientes y ocho centros de diálisis en el área oeste de la isla.
“Estamos haciendo todos los ajustes pertinentes para ofrecerle los servicios a los pacientes. En estos momentos la zona oeste trabaja con sus limitaciones, todas las unidades desde San Germán hasta Aguadilla de Fresenius que es el servicio que ofrecemos están careciendo de agua y energía eléctrica. Contamos con servicios de agua en todas las unidades. La única limitación es que el agua que necesita el paciente con diálisis es una cantidad sustancial, así que en estos momentos algunas unidades, especialmente la de San Germán y Mayagüez, estamos ofreciendo el servicio de diálisis reducido”, explicó.
“En vez de cuatro horas, se le dan tres horas a todo el mundo y menos fuerza del dializado para ahorrar agua y que todo el mundo pueda recibir un tratamiento, aunque no sea óptimo, pero lo mejor posible porque su vida depende de ello”, enfatizó.
Un paciente de diálisis necesita de 300 a 600 litros de agua en cada tratamiento y esa necesidad se hace crítica en momentos en que gran parte del país carece de agua por la falta de energía eléctrica en facilidades de la Autoridad y Alcantarillados.
Pagán recordó que el agua debe ser tratada con el sistema de "reverse osmosis"" para que quede purificada y adecuada al tratamiento. "Si no se hace bien, puede ser mortal", dijo el nefrólogo.
El experto admitió que están recibiendo el líquido de parte de la AAA y de suplidores privados en los ocho centros de diálisis de dos empresas privadas dedicadas a este tipo de terapia en San German, Aguadilla y Mayagüez.
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