Al igual que las demás infecciones, el micoplasma se transmite durante las relaciones sexuales de riesgo.
Aunque las Enfermedades de Transmisión Sexual como la clamidia, gonorrea, herpes genital, sífilis o el virus del papiloma humano son ampliamente conocidas, existen otras poco difundidas que también traen consecuencias devastadoras en la salud.
Tal es el caso del mycoplasma genitalium, una infección que ha superado el número de casos de gonorrea y que afecta a aproximadamente el 1% de los adultos jóvenes, según explica la Dra. Karla Ferreres García, del departamento de Obstetricia y Ginecología del Hospital General Universitario Gregorio Marañón.
Esta bacteria coloniza el tracto genitourinario produciendo uretritis en hombres y cervicitis y enfermedad inflamatoria pélvica (EIP) en las mujeres.
Aunque fue descubierta en los años 80 por investigadores del University College London, su prevalencia ha aumentado en los últimos años, siendo más frecuente en personas que ya padecen otras enfermedades de transmisión sexual (ETS).
Al igual que las demás infecciones, el micoplasma se transmite durante las relaciones sexuales de riesgo, es decir, en las que no se utiliza ningún método de protección.
Principales síntomas del micoplasma genital
En los hombres suele producir, hasta en el 70 % de los infectados, inflamación de la uretra con escozor al orinar, picor en la zona y secreción de pus por la uretra. Mientras que en mujeres se manifiesta como una inflamación del cuello del útero que no suele dar síntomas, aunque en caso de producirlos, genera alteraciones en el flujo vaginal, sangrado con las relaciones sexuales o escozor al orinar.
Otra de las manifestaciones en mujeres es como una enfermedad inflamatoria pélvica (EIP), produciendo dolor abdominal, molestias en las relaciones sexuales y flujo vaginal fuerte o maloliente, estos síntomas pueden tardar 6 meses en desarrollarse.
Síntomas similares pueden estar producidos por otros gérmenes, por lo que es importante hacer el diagnóstico diferencial con la clamidia, la gonorrea, con patógenos como el ureaplasma o incluso el virus del herpes genital.
Cabe aclarar que varios estudios han demostrado una fuerte asociación entre la infección por mycoplasma genitalis y el VIH.
Por otro lado, al localizarse en la vagina, el cuello uterino y el endometrio, se estudia su vínculo como posible causa a algunos casos de infertilidad y de embarazos ectópicos.
Tratamientos para la infección por micoplasma
No hay exámenes estandarizados para diagnosticar esta infección, pero suele realizarse un exudado genital en mujeres y un estudio de la orina en hombres. Si se observan alguno de estos síntomas, deben realizarse las pruebas. También si se lo han diagnosticado a una pareja o a un compañero sexual, lo más seguro es que sea necesario llevar a cabo el tratamiento, dada su alta prevalencia.
Consisten en cumplir un ciclo con antibióticos (azithromycin) que pueden oscilar entre un día y 14 de duración. Para evitar el contagio, como siempre, se debe usar preservativo.
Fuente consultada aquí.