En el estudio del impacto del estrés sobre la condición, manejado desde diferentes especialidades, se evalúa como el estrés puede estar exacerbando la condición, haciendo que los síntomas empeoren.
En entrevista con la Revista Medicina y Salud Pública (MSP), la Dra. Idhaliz Flores, pionera en la investigación científica de la endometriosis y paciente que ha superado la condición, expone los síntomas asociados a la endometriosis en mujeres hispanas, incluyendo las puertorriqueñas y resalta la importancia del apoyo en la salud emocional de esta población.
Tras 20 años en el estudio de la enfermedad y de la salud de las mujeres en general a través de diferentes herramientas, como células, tejidos, sangre, modelos animales y ayuda directamente de las mismas pacientes que participan en las investigaciones, destaca la urgencia de prestar especial atención a factores que muchas veces se pasan por alto como el dolor pélvico, la infertilidad e invitó a acabar con los mitos que se crean en torno a la enfermedad.
Sintomatología
Uno de los síntomas que pueden llevar a la paciente a sospechar de la condición son la dismenorrea o dolor con el periodo menstrual, siendo este un proceso fisiológico normal, no debería doler, pero en 1 de cada 10 mujeres es un dolor insoportable porque se están afectando órganos de la pelvis con la presencia de estas lesiones y por ello, hay sangrado y respuestas inflamatorias a la presencia de tejido extraño que genera ese dolor.
Otro signo es el dolor al establecer relaciones sexuales (7 de cada 10 mujeres sostienen sentirlo), lo que implica un impacto en la relación con la pareja y en su deseo de tener hijos. Esto está causado por lesiones de la endometriosis más severas, son lesiones infiltradas, que causan nódulos en la parte pélvica, en donde va a estar causando problemas durante el coito.
Otro de los graves factores, que no afecta al 100% de las mujeres, pero si a un gran porcentaje, es la infertilidad, y es que el proceso inflamatorio que ocurre mes tras mes en la pelvis, puede tener un impacto en el endometrio de la mujer que previene la implantación y genera un ambiente tóxico que puede llegar a afectar los óvulos de la mujer.
Un diagnóstico complejo
La endometriosis es una condición compleja, difícil de manejar clínicamente y para la que lastimosamente no existen muchas herramientas para tratarla.
“Muchas veces el único tratamiento farmacológico que tienen a la mano involucra un tratamiento hormonal, en el que muchas pacientes no responden al mismo o muchas de ellas no lo quisieran tomar porque son tratamientos contraceptivos y es aquí cuando ocurre la dinámica de la paciente que quiere calidad de vida a través del manejo de dolor, pero también quiere quedar embarazada y para manejar el dolor tiene que postergar su maternidad”, relató la Dra. Flores.
Es una condición compleja, heterogénea o diferente en cada paciente y en un 90% de las ellas van a ser sintomática, resaltando signos como:
Estudios en favor del paciente
En la Escuela de Medicina de Ponce han realizado estudios en los que se ha evidenciado que desde la parte genética existe un patrón familiar que se hereda. Se observan mamás, hijas, primas de una misma familia en la que todas tienen la condición.
Por otra parte, en el estudio del impacto del estrés sobre la condición, manejado desde diferentes especialidades, se evalúa como el estrés puede estar exacerbando la condición, haciendo que los síntomas empeoren.
“Tenemos resultados interesantes y de hecho somos pioneros a nivel mundial en estos estudios, donde pudimos demostrar utilizando un modelo animal, que efectivamente la inflamación empeora con el estrés, pero a la misma vez nos dio la oportunidad de probar que también manejando el estrés podemos ayudar y esto es algo que es de gran interés para nuestro grupo de investigación”, explicó la científica.
La endometriosis es una condición que antes se consideraba que era solo de la pelvis, pero afecta sistémicamente a la mujer.
Ansiedad y depresión de la mano de la condición
Al ser una condición invisible, caracterizada por un dolor pélvico severo que puede llegar a ser incapacitante en mujeres jóvenes y que muchas veces suele tardar en recibir diagnóstico acertado, genera en la mujer afectación no solo física, sino en su parte emocional.
Esta enfermedad que causa dolor y genera incapacidad para actividades tan simples como ir al trabajo y a la escuela, previene a la mujer de tener relaciones íntimas o de lograr un embarazo, de tener actividades sociales, es un claro detonante de otras condiciones como la ansiedad y la depresión.
“Tengo problemas con mi jefe, tengo problemas con mis compañeros de trabajo que me estigmatizan y no me creen, tengo problemas con mi esposo y me dejó, no tengo hijos o si tengo hijos no tengo energía para cuidar de mi casa y de mi hogar como yo quisiera, así que todo esto se une y genera problemas de salud mental”, explicó.
Un estudio hecho recientemente en pacientes de endometriosis de toda Latinoamérica y España refiere que hasta casi un 50% de las pacientes presenta signos de depresión, sensibilidad, insomnio, ataques de pánico, niveles altos de estrés y el déficit en la salud mental, hace que la percepción del dolor empeora y es contraproducente con los tratamientos y por eso, se hace urgente la atención en salud mental.
Mitos en torno a la endometriosis
Muchas personas señalan que después de tener un bebé la endometriosis desaparece, pero no es así, se puede presentar una mejoría de los síntomas durante el embarazo, cuando las hormonas están controladas, he incluso mientras se amamanta y los niveles de estrógeno están tan altos, pero los síntomas podrían volver o se podría presentar la endometriosis luego de ser madre.
“Es un mito que tenemos que atacar, especialmente porque hemos escuchado que se le recomienda a una mujer y a veces son mujeres jóvenes a las que se les dice que tengan hijos para que se les cure la endometriosis y eso no debería ser”, sostuvo.
Diferentes estudios a nivel mundial, han permitido evidenciar un retraso en el diagnóstico de la condición hasta por 7 años. Así lo evidenció un estudio realizado en Latinoamérica, donde las participantes señalaron un inicio de síntomas sobre los 21 años, pero no fue hasta los 28 que les dieron el diagnóstico preciso, soportando un dolor mes tras mes y enfrentándose a que nadie les creyera y, por el contrario, intentando normalizar el dolor.
“Es necesario enfatizar la importancia de escuchar este signo que es el dolor y buscar ayuda, entre más temprano se busque ayuda para este dolor pélvico, mayor la probabilidad de que no se complique aún más, complicaciones que van desde inflamación, fibrosis formada en la pelvis o hasta la infertilidad”, concluyó.