Tormenta atópica: el factor genético en enfermedades autoinmunes como la Dermatitis Atópica

En esta condición, los ciclos de proteínas afectan la piel.

Belinda Burgos, Yolimarian Torres

    Tormenta atópica: el factor genético en enfermedades autoinmunes como la Dermatitis Atópica

    Un grupo de apoyo en beneficio de los pacientes con dermatitis atópica en Puerto Rico.

    Esa fue la motivación del Dr. José González Chávez, dermatólogo e investigador, y hoy es una realidad que nació de una necesidad de concientizar en la Isla sobre el impacto de esta condición tanto en niños (as) como en adultos, según se desprende del primer evento presencial de la Revista de Medicina y Salud Pública desde Plazas Las Américas: Dermatitis Atópica: Creando Conciencia y Empoderamiento. 

    El evento contó de manera exclusiva con más de nueve recursos profesionales de la salud en los que se incluyeron la Dra. Marely Santiago, Dr. Hiram Ruíz, Dra. Eneida de la Torre, Dra. Elena Nogales, todos especialistas en dermatología, entre otros. 

    El Dr. González Chávez explicó que la dermatitis atópica es una enfermedad autoinmune, ya que el sistema inmunitario reacciona a través de unos ciclos de proteína que alteran la piel provocando el eczema; además de eso tiene otras condiciones que se heredan juntos como rinitis, asma, conjuntivitis, pólipos nasales. 

    “Si vienes a ver en Puerto Rico, la incidencia es bien alta, porque la Dermatitis Atópica, a pesar de ser una enfermedad hereditaria autoinmune, tiene unos factores ambientales que provocan lo que le llamamos el desencadenamiento de los síntomas”, detalló. 

    Agregó que la herencia no es exacta, porque por lo general un padre tiene una manifestación y los hijos otra. “Eso en genética se conoce como expresividad variable; por ejemplo, un padre puede ser asmático y el niño padecer de la piel, pero todo en conjunto se conoce como la tormenta atópica”, dijo. 

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    El Dr. González Chávez durante su ponencia en el evento Dermatitis Atópica: Creando Conciencia y Empoderamiento. Foto: Revista de Medicina y Salud Pública. Yasmin Morel. 

    Agregó que estos pacientes sufren de ciclos repetitivos e impredecible, y es una enfermedad que afecta todas las décadas de la vida y no tiene cura, además puede tener períodos en donde tiene remisión, pero a veces las recaídas pueden ser varias veces al año y que afectar a niños a partir de los dos meses hasta a adultos de 70 años. 

    Explicó que en Puerto Rico la exposición a agentes desencadenantes son múltiples, que van desde el polvo del Sahara, hasta el humo de los vehículos, que afectan al ser humano y provocan la tormenta de citoquinas que hace que la condición se manifieste y el síntoma principal es picor. 

    “Las manifestaciones van a ser diferentes por la edad, por las funciones orgánicas de los pacientes. Hay algunos laboratorios, pero usualmente es un diagnóstico clínico. La prevalencia en Puerto Rico es entre el 10 y 12 por ciento de la población, que no solo incluye la piel, sino también las condiciones asociadas. Algunos lo manifiestan con piel, asma o conjuntivitis”, dijo. 

    El investigador y defensor del paciente, agregó que esta es una enfermedad que puede requerir intervención del pediatra, endocrinólogo, oftalmólogo, dermatólogo, alergista, psiquiatra y el neumólogo, así que uno como médico tiene la responsabilidad de manejarlo de forma multidisciplinaria. 

    “Hay muchas situaciones que van a estar dependiendo de cada uno de los especialistas. En Puerto Rico, encontré a una jovencita de 13 años de Añasco, me la llevan a mi oficina envuelta y con tapaboca, la madre llegó donde mí con la niña y la nena me dijo que quería que la curara para ella regresar a la escuela. La niña, cuando se remueve la frazada su cuerpo al 100 por ciento, eritrodermia, no podía dormir, controlar su temperatura y me sorprendió la madurez con la que la ha enfrentado”, 

    Destacó que pudo verla y gracias a la nueva generación de medicamentos disponible desde el 2017 en beneficio de los pacientes, agregó que su motivación es ayudar a las personas, al tiempo que destacó que en Puerto Rico existe el acceso a los fármacos que en otros países no tienen. 

    Por último, ratificó el compromiso de los galenos involucrados con el grupo Alianza por los pacientes con Dermatitis Atópica en Puerto Rico, que nació recientemente para educar sobre la condición en el País.  


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