Quienes padecen de dermatitis atópica pueden tener un mal día con tan solo colocar los pies sobre el suelo frío o tomar un baño prolongado.
La dermatitis atópica es una afección que lleva a que la piel se seque, se inflame y se sienta picor. Aunque es más usual en los niños, se puede presentar a cualquier edad. Se trata de una condición crónica que puede empeorar. No es contagiosa.
Quienes sufren de dermatitis atópica tienen mayor riesgo de sufrir alergias alimentarias, rinitis alérgica y asma.
La doctora Elena Montalván, quien es dermatóloga y paciente de dermatitis, confirma que: "La dermatitis atópica es una condición crónica que suele afectar a personas con historial personal o familiar de alergias nasales y/o asma y se caracteriza por lesiones en piel y mucho picor".
Poner los pies en el suelo frío al despertar puede llevar a que un paciente con dermatitis atópica tenga un mal día, ello se a que, tal como afirma Montalván: "La piel se encuentra hipersensible y reacciona exageradamente a factores externos comunes como el polvo, el polen, la ropa de lana, los ácaros, las temperaturas extremas, y/o las fragancias o colorantes, entre otros”.
Los síntomas pueden aparecer en cualquier área del cuerpo y pueden ser los siguientes:
Esta afección suele comenzar antes de los 5 años y continuar hasta la adolescencia y la edad adulta. Algunas personas presentan brotes que desaparecen incluso por varios años.
La dermatitis atópica se relaciona con una variación genética que afecta a la piel, la cual tiene una protección más débil, no logra retener la humedad y brindar protección contra bacterias, alérgenos, irritantes y otros factores del ambiente.
Sin embargo, algunas personas presentan dermatitis atópica a partir de la proliferación de la bacteria Staphylococcus aureus en la piel.
La doctora Montalván agrega que: "Nosotros, los que tenemos dermatitis atópica, tenemos problemas con la barrera de la piel, así que no solo nos rascamos porque nos pica muchísimo, sino que nos infectamos con bacterias, hongos y virus; de modo que, al no tener la piel completamente sellada por falta de la barrera, somos más propensos a infecciones".
El cuidado de la piel es importante para prevenir la aparición de eccemas. Se recomienda humectar la piel, reducir el tiempo de ducha, usar un limpiador suave, sin jabón, secarse cuidadosamente, entre otros.