La sesión destacó la asociación directa entre el estrés emocional y la exacerbación de los síntomas físicos de la enfermedad.
La dermatitis atópica, una enfermedad crónica inflamatoria de la piel, puede desencadenar problemas emocionales, como estrés, ansiedad y depresión.
La Dra. Vernice Hernández lideró una sesión informativa en Expo Salud, sobre los impactos de las enfermedades de la piel, específicamente la dermatitis atópica, en la salud mental. Junto con tres estudiantes del programa doctoral en Consejería Psicológica de la Universidad Ana G. Méndez, compartieron valiosas técnicas para gestionar los síntomas de ansiedad y reducir el estrés asociados con esta afección.
"La dermatitis atópica es una condición que está estrechamente ligada al aumento de la sintomatología cuando los seres humanos no pueden controlar los estresores en su vida diaria." Destaca la Dra. Vernice.
La dermatitis atópica, descrita por primera vez por William en 1808 y luego denominada dermatitis neurodermatitis por Hebra, está asociada con una actividad hiperactiva del sistema inmunológico, lo que produce enfermedades inflamatorias en la piel al involucrar al sistema nervioso central en algunos pacientes.
"Se ha observado que el 70% de los casos de dermatitis atópica tienen factores genéticos, como antecedentes familiares de la enfermedad. Además, existen factores inmunoalérgicos, como la hipersensibilidad a ciertos elementos alimenticios como la leche, la carne, los huevos y los refrescos, entre otros". Destacó Javiana Ortiz, estudiante del programa doctoral en Consejería Psicológica de la Universidad Ana G. Méndez.
Es importante abordar los factores psicológicos en la dermatitis atópica, ya que es una condición crónica en la que se ha demostrado una asociación directa entre el estrés, la ansiedad y la depresión, los cuales podrían actuar como precipitantes y mantener la enfermedad.
Por otro lado, "se ha evidenciado que las experiencias traumáticas en la niñez, las dificultades en las relaciones sociales y las estructuras de personalidad ansiosa también podrían predisponer a la enfermedad. Entre los factores psicológicos, se destacan el estrés y la ansiedad. El estrés emocional precipita los síntomas de la enfermedad, no solo por la ansiedad o el estrés en sí, sino también por un mal funcionamiento del sistema inmunológico". Destacó Valerie Serrano, estudiante del programa doctoral en Consejería Psicológica de la Universidad Ana G. Méndez.
Los síntomas pueden manifestarse en diferentes etapas de la vida, desde la infancia hasta la adultez, y pueden afectar significativamente la calidad de vida. Los niños pueden experimentar problemas de comportamiento, mientras que los adultos enfrentan riesgos de depresión, ansiedad y dificultades en las relaciones interpersonales.
"Es fundamental abordar la gestión de la ansiedad y la reducción del estrés, ya que el estrés puede afectar todo nuestro cuerpo y desencadenar una serie de respuestas físicas y emocionales. El estrés puede provocar nerviosismo, tristeza y ansiedad, lo que a su vez puede desencadenar síntomas físicos de manera recurrente, especialmente cuando la ansiedad está presente. Cuando el estrés afecta nuestro cuerpo, el sistema simpático libera hormonas como el cortisol y la adrenalina, que nos preparan para la acción pero también pueden afectar la piel, obstruyendo los poros y aumentando la inflamación interna, lo que compromete el sistema inmunológico y nos hace más propensos a enfermarnos." Enfatizó Natalie Soto, estudiante del programa doctoral en Consejería Psicológica de la Universidad Ana G. Méndez.
Impacto a lo largo de la vida: Desde problemas conductuales infantiles hasta desafíos de salud mental en adultos
Para gestionar la ansiedad y reducir el estrés, es importante aprender a liberar las tensiones diarias que exacerbans los síntomas de nuestras condiciones de salud. Esto implica estar conscientes de nuestras condiciones de salud y reconocer que tenemos el control sobre nuestra sintomatología. Al adoptar esta mentalidad, podemos mejorar nuestro bienestar y reconocer cuándo la ansiedad está presente.
Para abordar estos desafíos, se presentaron diversas estrategias para manejar la ansiedad y el estrés. Estos incluyen adoptar hábitos saludables, como una alimentación consciente y ejercicio regular, y practicar técnicas de relajación, como la meditación y la respiración consciente.
La Dra. Vernice destacó "la importancia de ser conscientes de las propias condiciones de salud y de tomar medidas proactivas para mantener el bienestar emocional".
Una técnica específica recomendada fue la visualización llamada "Hoja en un Arroyo", que ayuda a liberar tensiones mentales y físicas al dejar ir los pensamientos negativos y centrarse en la relajación.
La sesión proporcionó una comprensión integral de cómo la dermatitis atópica puede afectar la salud mental y ofreció herramientas prácticas para manejar los desafíos emocionales asociados con esta afección cutánea.