Extrema dependencia que tenemos a la manera en que administran recursos públicos las empresas de seguro y nuestro rotundo sometimiento a cómo Estados Unidos concibe su sistema de salud.
La alarma por un posible recorte de 800 millones de dólares en fondos federales en los programas de Medicare Advantage, confirma la absoluta vulnerabilidad de nuestro sistema de salud, la extrema dependencia que tenemos en la Isla a la manera en que administran recursos públicos las empresas de seguro y nuestro rotundo sometimiento a las tendencias de cómo Estados Unidos concibe su sistema de salud
"Si esto ocurre, será una debacle. Se irán más médicos del país, podrían irse a la quiebra más hospitales o ser absorbidos por otras instituciones, habrá recortes en los servicios a los pacientes, sufrirán todos los proveedores", advirtió el presidente del Colegio de Médicos Doctor Carlos Diaz en una entrevista con la Revista de Medicina y Salud Pública.
Con un tono similar se expresaron para Revista MSP, el presidente de la Asociación de Hospitales, Jaime Plá, y Laura Castillo expresidenta de la Asociación de Laboratorios Clínicos de la Isla. Plá dijo que el daño de un recorte como el descrito sería sustancial entre los hospitales, que ya enfrentan una crisis económica. y una fuga de médicos y enfermeras que han tenido que lidiar con los efectos de la pandemia durante tres años.
Castillo en tanto, espera una reducción en la ya precaria tarifa que reciben los laboratorios de parte de los planes médicos: "La salud es el único servicio en que un tercero, que son las aseguradoras, decide cuanto uno va a cobrar' destacó.
El ex-presidente del Colegio de Médicos Cirujanos de Puerto Rico, Dr. Victor Ramos, admitió que la incertidumbre en esta situación es diferente a la lucha frecuente de Puerto Rico por obtener suficientes fondos para el programa Medicare. Una lucha que se ha dado regularmente en el Congreso: "Los fondos de Medicaid representan un bloque solo para Puerto Rico. Tenemos tiempo, hay oportunidades para ir a pelear, pero la enmienda a la regla del Medicaid empieza en febrero y termina en abril. Durante los últimos años ha ido bajando en Puerto Rico anualmente. Tenemos poco tiempo de aquí a abril para detener esto", dijo Ramos.
Por su parte los Centros para Medicaid y Medicare negaron ayer que el proyectado ajuste de tarifas para el 2024 en Puerto Rico vaya a representar recortes millonarios en los programas de Medicare Advantage. No habrá reducción sino un aumento del 1.003 % lo que representará 4 mil millones de dólares más en Estados Unidos, dijo la agencia federal.
La administración del Presidente Joe Biden, sin embargo, dijo que estos ajustes pueden ser diferentes en cada uno de los planes médicos que trabajan los Medicare Advantage.
Detrás de toda esta situación, por su parte el Doctor Ramos, menciona que está la posición de la Administración Biden de oponerse al manejo actual de parte de los planes médicos de los fondos de Medicare. Los demócratas, analizó el médico, están opuestos a la "privatización" de estos servicios que puede notarse en el mercadeo que incluye la distribución de tarjetas de débito, el pago de gastos por desyerbar el patio de los clientes o hasta atender sus mascotas. "Por eso es que los demócratas no son fanáticos del Medicare Advantage y los republicanos sí", expresó Ramos.
El experimentado galeno recordó que en la administración republicana, el gobierno de Estados Unidos dio la libertad a las empresas de Medicare Advantage de administrar los condicionantes sociales, y estas compañías en lugar de atender las necesidades "paciente por paciente", decidieron otorgar estos beneficios en asuntos no médicos solo por un ánimo de competencia capitalista.
Tanto Ramos como Diaz reconocen que la dependencia de Puerto Rico de estos fondos Medicare es mucho mayor aquí que en el resto de Estados Unidos. La penetración de los Advantage en el resto de los estados y en otras jurisdicciones estadounidenses es de solo un 25 a 30 %, mientras que la isla depende en un 95 %.
"Como la Isla es más pobre que el resto de la nación, la gente usa el Advantage como una opción económica. Islas Vírgenes aunque es pobre también los Advantages no son tan importantes porque ellos no tienen tantos especialistas", dijo Ramos.
Allí reside uno de los asuntos medulares de este tema: somos más pobres en Puerto Rico, más vulnerables, más dependientes y probablemente nuestra gente está usando no solo el aspecto médico del Medicare Advantage, sino los otros "extras". Tenemos una población envejecida y pobre, con sistemas de retiro colapsados o en precario estado. Nuestros retirados usan cualquier dinerito que les caiga y por eso usan los dineros adicionales que les prometen los Advantage.
En Puerto Rico ni siquiera discutimos cómo los cambios de enfoque entre republicanos y demócrata de Estados Unidos afectan nuestro sistema de salud. Los demócratas que controlan el poder ejecutivo ven la salud más como un servicio social que debe ser regulado por el estado y los republicanos la ven como una industria que, igual que las demás, deben estar condicionadas por la competencia capitalista en la que el gobierno no debe meterse.
No lo discutimos aquí pero es evidente que estamos a merced de estos vaivenes y la actual incertidumbre en nuestro sistema de salud lo refleja. Es posible que los recortes al menos de manera tan dramática como se han planteado no se den pero esto incluso dependerá de decisiones políticas en Estados Unidos, bajo un ambiente muy fluido donde se debate si el actual presidente aspira o no a la reelección, tras perder el control de la Cámara de Representantes.
Sin embargo, ya es tiempo en que en Puerto Rico definamos como pueblo cuáles son las prioridades nuestras y que es la salud para nosotros. Es la salud un servicio del que debe responsabilizarse el gobierno o es una mera actividad económica que depende de fluctuaciones de mercado, interés de lucro, competencia y técnicas de mercadeo. Cuando soy saludado por amigos, colegas, lectores y oyentes en la calle, la gente me pregunta "estás bien "de salud" y me agregan que eso es lo más importante.
Es tiempo de madurar como sociedad y crecer a la altura de esa prioridad que destacamos en nuestras conversaciones. Si la salud es lo primero, no debe depender del apetito goloso de unos pocos y de cambios políticos en los que nosotros no tenemos ninguna participación.