Es necesario que pacientes puedan identificar cuando padecen de una afección, con el propósito de evitar avances en la enfermedad.
La fibromialgia es una condición considerada síndrome que tiende a afectar el sistema muscular de la persona que la padece, asimismo tejidos blandos, existen algunos síntomas característicos y más comunes como: dolor muscular crónico, fatiga, problemas de sueño y puntos gatillo dolorosos.
Los síntomas pueden mejorarse gracias a una amplia gama de tratamientos que pueden variar desde simples cambios en la rutina o hábitos del paciente, hasta fármacos y manejos del estrés.
Causas
No se tiene con exactitud la razón del porqué se desarrolla una condición como la fibromialgia, sin embargo, algunos especialistas la relacionan entre una mezcla de eventos físicos y emocionales.
Síntomas
Como se mencionó anteriormente existe una gama común de sintomatología en pacientes que han padecido de fibromialgia, no obstante, existen otros indicios que pueden aparecer:
-Centrales: cefaleas crónicas, trastornos del sueño, mareos, trastornos cognitivos, trastornos de memoria, ansiedad, depresión.
-Sistémicos: dolor, aumento de peso, síntomas de catarro, sensibilidad química variada.
-Ojos: problemas de visión.
-Mandíbula: disfunción.
-Pecho: dolor.
-Estómago: náuseas.
-Sistema reproductor femenino: dismenorrea.
-Urinarios: trastornos de micción.
-Piel: quejas varias.
-Muscular: dolor, fatiga, fasciculación.
-Articulaciones: rigidez matutina.
Diagnóstico y tratamiento
Es común que el paciente padece de dolor generalizado y en algunos casos se pueden confundir ciertos síntomas con el diagnóstico de esta condición, por este motivo el especialista debe tener en cuenta algunos factores como: dolor en las cuatro extremidades del cuerpo, el dolor mínimo debió de iniciar en un intervalo de tres meses y por último descartar otra enfermedad que causen estos cuadros.
Principalmente esta patología se trata desde un ámbito farmacológico con el fin de aliviar el dolor o antidepresivos para ayudar a disminuir fatiga, depresión y ansiedad, comorbilidades que acompañan la afección. Además el paciente iniciará también con actividad física como: fisioterapia, ejercicios aeróbicos regulares y ejercicios de relajación.