Las personas cuya alimentación es a base de plantas, tienen un riesgo mayor de padecer deficiencias de vitaminas B12 y D3, así como hierro, yodo, zinc y omega-3.
Como su mismo nombre lo indica, la alimentación basada en plantas excluye todo tipo de alimentos de origen animal, y se enfoca en alimentos de origen vegetal, mínimamente procesados o sin procesar.
Desde la iniciativa organizada por la Revista Medicina y Salud Pública, ´Plaza Salud´, en un trabajo conjunto con el Colegio de Nutricionistas y Dietistas de Puerto Rico, la Lcda. Rubí Mendoza, nutricionista dietista compartió con los asistentes todo sobre los beneficios de este tipo de alimentación, y su potencial para mejorar la calidad de vida y prevenir enfermedades.
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"Un plato colorido con una amplia gama de vegetales garantiza una mayor ingesta de nutrientes esenciales", mencionó la licenciada.
Sin embargo, este tipo de alimentación puede contribuir a la deficiencia de algunos nutrientes, como la vitamina B12, vitamina D3, hierro, yodo, zinc y omega-3.
De modo que, para garantizar una óptima absorción de nutrientes, la especialista sugiere combinar alimentos con alto contenido de hierro, con aquellos ricos en vitamina C.
Por otro lado, señaló que "es importante no mezclar alimentos ricos en calcio con alimentos ricos en hierro, y evitar el consumo de cafeína junto con alimentos que contienen hierro", añadió.
Mendoza detalló diversas fuentes de proteínas vegetales mínimamente procesadas, como granos enteros, semillas, nueces, legumbres, soya y sus derivados, levadura nutricional y seitán.
"Estas fuentes ayudan a mantener la saciedad, controlar los picos de glucosa en sangre y mantener un peso corporal saludable", afirmó.
Infancia y niñez: "Es crucial proporcionar una variedad de alimentos sólidos para asegurar una nutrición adecuada", dijo Mendoza.
Adolescencia: Según menciona, los jóvenes requieren de una dieta rica en calorías, proteínas y fibra para apoyar el crecimiento y el desarrollo.
Adultez: Para esta etapa de vida, es importante mantener una dieta equilibrada y regular los niveles de vitamina D. "Es esencial hacerse un chequeo anual para verificar los niveles de vitamina D, especialmente si se sigue una alimentación basada en plantas".
Embarazo y lactancia: Aconsejó no hacer cambios abruptos en la dieta y enfocarse en alimentos de origen vegetal de alta calidad. "Durante el embarazo y la lactancia, es importante consultar con un profesional para asegurar una nutrición adecuada", agregó.
Vejez: Los adultos mayores requieren asegurar una ingesta adecuada de proteínas, y nutrientes como el calcio y la vitamina B12 para mantener la masa muscular y prevenir la sarcopenia. "El músculo es vida y nos ayuda a reducir el riesgo de desarrollar condiciones crónicas", concluyó.