La combinación de factores ambientales, en conjunto con la predisposición genética, pueden acelerar el desarrollo de la artritis reumatoide
Estadísticas del Centro de Prevención y Control de Enfermedades (CDC) demuestran que para el 2040 más de 68 millones de adultos mayores de 18 años en Estados Unidos, tendrán un diagnóstico de artritis. Según cifras de la organización, más de 58 millones de estadounidenses fueron diagnosticados con algún tipo de artritis entre 2013 y 2015.
Por otro lado, se conoce que el cuatro por ciento de la población mundial padece de una o más, de las 80 enfermedades autoinmunes registradas.
“Las cifras reveladas dejan claro que esto ya se convierte en un tema preocupante de salud pública”, asegura el doctor Óscar Soto Raíces, reumatólogo y presidente de la Fundación Puertorriqueña de Enfermedades Reumáticas (FER).
En conversación con la Dra. Paloma Alejandro Silva, reumatóloga del Soto-Raíces Rheumatix and Medical Research Group, se establecieron diferencias sobre la artritis reumatoidea y la manera en que el sistema autoinmune se ve directamente asociado.
Sistema inmunitario y cómo funciona
Los organismos celulares que componen el sistema inmunitario se encuentran a lo largo de todo el cuerpo; en las amígdalas y adenoides, en los ganglios linfáticos, el timo, la médula ósea, el bazo, el hígado, las placas de Peyer, el apéndice, entre otros; cuyo principal objetivo es el de reconocer las sustancias externas al cuerpo (antígenos), y reaccionar contra ellos: “ El sistema inmune es ese conglomerado de células que no están en un solo sitio, que nos protegen, que siempre están viendo qué es nuestro y qué no es nuestro, y trata de combatirlo (virus, bacterias, factores ambientales)”, asegura el doctor Soto.
No obstante, cabe aclarar que este sistema normalmente protege contra gérmenes, bacterias y virus (cuando los percibe en el cuerpo, los ataca con anticuerpos). El sistema inmunitario puede diferenciar entre células extrañas y sus propias células: “solamente hace falta que algo externo como la nicotina, un virus, una bacteria; cause que el sistema pierda regulación, y eso va a depender de la genética de la persona… aclarando que esta no es una enfermedad que se hereda, pero sí se puede heredar la predisposición”, asegura el doctor, presidente de la FER.
El adecuado funcionamiento del sistema provee protección contra enfermedades infecciosas, es responsable de rechazar trasplantes de órganos que el cuerpo no asocie, y puede proteger del cáncer, entre otras.
Cómo ataca el sistema inmune al propio cuerpo
Cuando se presentan estos casos en que el sistema inmunitario ataca al cuerpo, lo hace tomando ciertas partes como las articulaciones o la piel y las reconoce como agentes extraños, para luego liberar proteínas (anticuerpos) que se encarguen de hacerle frente a esos agentes, afectando durante el proceso las células sanas del organismo.
Lo cierto es que en el desarrollo de esta condición influye directamente la genética, aunque también pueden verse envueltos factores ambientales que puedan activar o exacerbar la artritis.
De hecho, la Dra. Paloma asegura que “fumar cigarrillo, llevar una dieta poco saludable o la exposición a algunos virus”, pueden ser ese factor externo que, combinado con esa predisposición genética ya existente, generen una irregularidad en la función del sistema inmune y, por ende, este comience a atacar las articulaciones.
“Artritis es un término general y significa que hay un daño mecánico en la articulación, o de hueso y cartílago, asociado a la edad o trauma”, explica la doctora Alejandro. Adhiere que hay una serie de diferencias de consideración para saber identificar el tipo de artritis que presentan los pacientes, puntualmente lo concluye con las diferencias entre la osteoartritis, en la que hay un desgaste, pero no una inflamación. En la artritis reumatoidea, hay presencia de una inflamación autoinmune que está destruyendo la articulación. Por eso es que los tratamientos son tan diferentes”, afirma.
Esto no quiere decir que se excluye una patología de la otra, y pacientes que tienen artritis reumatoide, pueden tener osteoartritis “pueden tener ambas, que es lo que se llama artritis secundaria, que surge del daño de la articulación con el tiempo se vuelve un problema estructural mecánico de la coyuntura”, comenta la doctora.
Esta enfermedad se caracteriza por afectar de manera simétrica zonas pequeñas: manos, pies, rodillas. Afecta el revestimiento de las articulaciones y causa hinchazón dolorosa que puede generar la erosión ósea y deformidad de las articulaciones. Es un trastorno inflamatorio crónico que puede afectar más que solo las articulaciones dañando distintos sistemas corporales como la piel, los ojos, los pulmones, el corazón y los vasos sanguíneos.