La artritis reumatoide es una inflamación sistémica inflamatoria crónica que puede causar vasculitis, síndrome de Sjögren y otras afectaciones
Marcela Moreno Wilches
Agencia Latina de Noticias Medicina y Salud Pública
El sistema inmune no solamente puede causar una artritis que afecta las articulaciones, sino que puede afectar el sistema nervioso central, los riñones y otros órganos, por lo que su detección temprana y su acertado tratamiento son vitales para favorecer al paciente
La artritis reumatoide (AR), es crónica, por lo que es persistente por mucho tiempo, causa rigidez en las mañanas y puede llegar a ser incapacitante. Además, el entumecimiento propio de la enfermedad, dura una hora o más, por lo que, al paciente le cuesta realizar las actividades del día a día y se ve más limitado que en caso donde se presenta por ejemplo la osteoartritis, donde no se ve mucha hinchazón y no hay rigidez.
Es una de esas artritis inflamatorias en las que el sistema inmunológico del cuerpo ataca a sus propios tejidos, incluidas las articulaciones, llegando también a presentar casos graves, en los que ataca los órganos internos.
En este tipo de artritis, inflamación e hinchazón es visible y persistente, se encuentra presente en las articulaciones y cuenta con un patrón de envolvimiento particular que tiende a afectar con mayor riguridad las articulaciones pequeñas como las manos, las muñecas y los pies, aunque puede llegar a otras zonas como las rodillas.
El Dr. Oscar Soto Raíces, señaló en entrevista para la revista Medicina y Salud Pública (MSP), que los antecedentes familiares sobre todo en casos de primer grado, así como el registro de sintomatología pueden hacer que el especialista logre un diagnóstico más rápido y acertado.
Además suelen realizarse pruebas como:
El especialista en reumatología señala que, aunque no se conoce con exactitud existen ciertos factores genéticos que predisponen al paciente con la enfermedad.
Y señaló que, cuando el gen se combina con factores ambientales y con malos hábitos como fumar, son más propensos a despertar una artritis reumatoide más agresiva y erosiva con mayor deformidad.
De esta manera, la meta para la medicina hoy en día no es solamente aliviar los síntomas, sino detener el progreso de la condición para que el paciente pueda tener calidad de vida.
Para ver cuán activa esta la condición y para determinar el daño en las articulaciones, con el fin de caracterizar mejor a los pacientes, con un enfoque de medicina personalizada que busca ver que funciona en cada paciente, evitando efectos secundaros.
Saber cuál es el tracto de la condición y saber cuál es la causa de alteración del sistema inmune, es lo que centra la lucha de los tratamientos para brindar una evolución y un control sobre los síntomas.
“La gente joven piensa que no les puede pasar a ellos e intentan compensar con otras articulaciones bloqueando el dolor en un área específica y eso no es bueno, lo importante es entender que hay que buscar ayuda”, expresó el especialista.
Además, destacó que el pico de incidencia es entre personas de 30 y 50 años y que alcanzar un diagnóstico temprano es clave para poner al paciente en remisión total.
No se puede afirmar que sea una condición hereditaria, pero, si se tiene una predisposición hereditaria, ciertamente hay que prestar especial atención al historial familiar y a los síntomas ya que esto facilita un diagnóstico temprano.
Además del tratamiento, otros factores son fundamentales para que el paciente no se vea afectado, tales como: