Esta condición tiene una alta prevalencia en Puerto Rico, por ello especialistas enfatizan en detectar los primeros síntomas y conocer las herramientas de diagnóstico.
La Dra. María Ramos, presidenta de la Sociedad Puertorriqueña de Cardiología, y el Dr. Antonio Orraca, miembro de la junta directiva, dialogaron con la Revista Medicina y Salud Pública sobre los principales retos de salud cardiovascular en Puerto Rico y las enfermedades que presentan una alta prevalencia en la población.
Una de ellas es la fibrilación atrial, una condición de arritmia donde el pulso es irregular. De acuerdo con la Dra. María Ramos, “es una condición prevalente después de los 60 años, está muy asociada al avance en edad y a la hipertensión”.
La especialista destaca que una vez se identifica, el paciente debe ser tratado inmediatamente porque el riesgo mayor de la Afib es la producción de coágulos en el corazón que son causantes de infartos cerebrovasculares isquémicos, que en su mayoría son sumamente debilitantes para el paciente.
Principales síntomas, causas y consecuencias
La Dra. Ramos indica que hay pacientes que no presentan ningún síntoma o afección, sin embargo, el electrocardiograma arroja lo contrario: la fibrilación atrial. “La mayor queja de los pacientes son las palpitaciones, una irregularidad en el pulso que indica que algo no anda bien” añadió. Otros síntomas pueden ser: falta de aire, intolerancia al ejercicio y descontrol de la presión arterial.
Las causas asociadas son principalmente hipertensión, aunque también hay otras como la apnea del sueño, obesidad, exceso de alcohol, y ciertas drogas, además de los que consumen algún producto derivado de la nicotina, no solo el tabaquismo, sino en otras sustancias o productos. “Hay algunos estimulantes, como esteroides anabólicos, que podrían propiciar este tipo de arritmia”, explicó la especialista.
Asimismo, enfatiza que, definitivamente, la consecuencia más seria de la Afib es el accidente cerebrovascular isquémico, “sabemos que después de los 65 años, un 5 % de los adultos puede sufrir Afib y después de los 80 años, un 9 %, esto puede traer consecuencias como cardiomiopatía y causar debilidad del corazón en su bombeo”.
Por su parte, el Dr. Antonio Orraca explica que es importante identificar la Afib en un paciente, ya que si tiene alto riesgo de desarrollar un accidente cerebrovascular como consecuencia de esta arritmia, el tratamiento con el que empezarían corresponden a los anticoagulantes.
“En pacientes asintomáticos hay que estar pendiente de herramientas como el electrocardiograma, sonograma, o eventos que el paciente haya tenido y sospecha, para diagnosticarlo”, añadió Orraca.
Tratamientos para la fibrilación atrial
Para la Dra. Maria Ramos, el tratamiento de la Afib está enfocado en disminuir los síntomas del paciente, “primero vamos a controlar la presión arterial. Los pacientes tienen a veces taquicardias que llegan a 150 y 180 latidos por minuto, por lo que lo primero en ese momento es controlar el pulso”.
Por lo anterior, la Dra. Ramos señaló que existen tratamientos para volverle el ritmo normal al paciente, ya sea de manera farmacológica, o de forma eléctrica: la cardioversión eléctrica y hay procedimientos que hacen los electrofisiológicos como la ablación cardiaca. También se realizan procedimientos quirúrgicos para corregir esta afección”.
Respecto a la Afib y su relación con el riesgo de ataque isquémico, el especialista explicó las opciones de tratamiento que existen en la actualidad y los criterios que utilizan para determinarlos en cada paciente.
“Hay varias opciones, desde la farmacoterapia dirigida a enlentecer el pulso para que el paciente no esté sintomático o hasta terapia que va a resolver la arritmia para restaurar un ritmo normal del corazón. Muchas veces podemos hacer cardioversiones, e inclusive hay otras intervenciones percutáneas que las hacen los electrofisiológicos y hay diferentes modalidades para esta arritmia” afirmó Orraca.
También ha evidenciado situaciones en las que es complejo controlar la frecuencia cardiaca del paciente, por lo que tienen que investigar posibles causas adicionales que estén propiciando la condición.
Con relación al tratamiento para la Afib, el Dr. Orraca destaca que lo principal son los anticoagulantes y sobre ellos resalta los inhibidores del factor Xa y los antagonistas de la vitamina K (AVK). “Verdaderamente, cuando tenemos al paciente que está fibrilando de forma continua o paroxística, usualmente sabemos que tiene un riesgo de desarrollar un accidente cerebrovascular mayor que el de la población general”.
Además, explica que los especialistas realizan un cálculo para determinar el riesgo del paciente de formar un coágulo a consecuencia de la arritmia y ver si realmente se van a beneficiar con los anticoagulantes, sobre eso, se tienen en consideración factores como la edad, el estilo de vida y otras condiciones que padezca el paciente.
Cambios en el estilo de vida
La Dra. María Ramos, explicó que el estilo de vida saludable es clave para evitar cualquier condición médica, además el 80 % de las condiciones cardiovasculares podrían ser prevenibles, así que, sus recomendaciones están orientadas a: hacer ejercicio, evitar el sedentarismo, evitar hábitos tóxicos, “no solo el consumo de bebidas alcohólicas o drogas, sino también el exceso de comida chatarra, alta en sodio, azúcares y grasas saturadas”.
Finalmente, el Dr. Orraca indicó que en su práctica médica busca detectar la Afib en pacientes que han sufrido accidentes cerebrovasculares, “en todo paciente que tiene un accidente cerebrovascular, hago el acercamiento y busco algo que me sugiera que el paciente pudiera tener Afib paroxística, de acuerdo a los hallazgos en el electrocardiograma, los exámenes y factores de riesgo. La Afib es una causa muy frecuente de eventos cerebrovasculares y siempre la tenemos que tener en el radar” concluyó.
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