Los científicos diariamente alertan que más de 2.3 millones de individuos mueren de manera prematura por no tener acceso a tratamientos renales.
Investigaciones actualizan datos sobre la enfermedad renal crónica y aguda.
Según estos datos, al menos 2,3 millones de personas han fallecido de manera prematura a causa de la insuficiencia renal
Katherine Trujillo Useche
Agencia Latina de Noticias Medicina y Salud Pública
Los científicos diariamente alertan que más de 2.3 millones de individuos mueren de manera prematura por no tener acceso a tratamientos renales. Una investigación asegura que la lesión renal aguda podría erradicarse en 10 años. Esto pasaría si tanto los equipos para la diálisis como los suministros están disponibles a bajo precio.
Los principales factores que pueden hacer desarrollar enfermedad renal son la diabetes y la hipertensión, sumando el envejecimiento, otro de los estudios publicados en The New England Journal of Medicine, aseguro que afecta en todo el mundo al 17% de los individuos mayores de 20 años.
Es una patología negativa en el funcionamiento normal de los riñones durante un periodo superior a 3 meses. La mayoría de los pacientes se diagnostican en los estadios terminales de la enfermedad, en los que se requiere terapias sustitutivas como diálisis o trasplante renal.
Un grupo de científicos ha publicado en The Lancet nuevos datos mundiales sobre la enfermedad e indicaron que en los mejores casos, la mitad de la población global necesita ambas para tratar la insuficiencia renal.
Según estos datos, al menos 2,3 millones de personas han fallecido de manera prematura a causa de la insuficiencia renal al no tener acceso a los tratamientos sustitutivos.
“La triste realidad es que la mayoría de estas muertes se pueden prevenir y la mayor parte ocurre en los países pobres, donde hay casos en los que menos de un cuarto de los pacientes reciben tratamiento. El alto coste de las técnicas de diálisis actuales de 20.000 a 100.000 dólares por personas al año son inaccesibles para la mayoría de las personas que lo necesitan”, explicó Vlado Perkovic, profesor del Instituto George de Salud Global y la Universidad de Sydney, líder del estudio.
Esta investigación demostró que la mayoría de las muertes evitables se produjeron en China, India, Indonesia, Pakistán y Nigeria, donde menos de un cuarto de los pacientes recibieron tratamientos para la insuficiencia renal.
“Nuestras estimaciones para 2030 indican que la incidencia de la enfermedad renal crónica crecerá rápidamente en las próximas décadas y el número de personas que necesitarán diálisis o trasplante de riñón será del doble, es decir 5 millones” destacan,” Por eso, es necesitamos desarrollar técnicas de diálisis de bajo coste, así como implementar programas de prevención en toda la población para hacer frente a los principales factores de riesgo de la etapa final de la enfermedad renal, en la que se incluye el riesgo de diabetes, presión arterial alta y obesidad”.
El investigador y sus colegas procesaron todos los datos disponibles en la base de datos Medline sobre estudios observacionales y de registros renales. También contaron con expertos nacionales para recopilar datos sobre el número real de pacientes con terapias renal sustitutiva en la que se incluye diálisis y trasplante renal, en 123 países que representan el 93% de la población mundial. Para hacer esta proyección a 15 años usaron un método matemático con el fin de calcular la posible necesidad en cada país, así como la proyección de necesidades para 2030.
“Estos escenarios sugieren que en 2010 entre 2,3 millones y 7,1 millones de personas, que podrían haberse salvado gracias a las TSR, murieron prematuramente porque el tratamiento no estaba disponible”, agrega el investigador.
Según Perkovic “el gran número de muertes que ocurren debido a la falta de acceso al tratamiento hace que sea urgente buscar una solución por parte de la comunidad de nefrólogos y de investigadores en general”.
Los resultados de la investigación, se convocó una competición para diseñar el tratamiento de diálisis más asequible con un premio de 100.000 dólares.
“Las máquinas de diálisis purifican la sangre, sustituyendo una función esencial de los riñones. Si podemos desarrollar una máquina de diálisis asequible, con bajos costos de operación, que funcione con energía solar y utilice fuentes de agua locales, muchas más personas tendrán acceso al tratamiento y millones de vidas podrían salvarse”, expone el experto.