El hipotiroidismo es una de las enfermedades crónicas más comunes a nivel mundial. Cerca del 4.6% de la población americana padece esta condición.
Resumen
El Hipotiroidismo afecta al 4.6% de la población americana y se diagnostica con niveles elevados de TSH, sus causas se dividen en hipotiroidismo primario, más comúnmente causado por tiroiditis de Hashimoto, el central causado por lesiones a nivel hipotalámico o hipofisiario y el hipotiroidismo subclínico. Con respecto al manejo, se encuentra estandarizado para el hipotiroidismo primario, sin embargo no es así para el subclínico el cual presenta una prevalencia de 4-12% en Estados Unidos y a pesar de su alta presentación clínica no hay un acuerdo claro en cuanto a si se debe o no iniciar tratamiento debido a su naturaleza asintomática. La guía del 2014 de la Asociación Americana de Endocrinología propone tratar a aquellos con TSH mayor de 10 mU/L y en niveles menores, dependiendo del riesgo versus el beneficio.
Palabras clave: Hipotiroidismo, Levotiroxina, Tiroides, Tratamiento, Hipotiroidismo subclínico.
Abstract
Hypothyroidism affects 4.6% of the american population and is diagnosed with elevated levels of TSH. Its causes are divided into primary hypothyroidism, most commonly caused by Hashimoto's thyroiditis, central caused by hypothalamic or pituitary lesions and subclinical hypothyroidism. Guidelines are clear regarding the management of primary hypothyroidism, however it is not for subclinical hypothyroidism, despite its prevalence of 4-12% in the United States, which is explained by its asymptomatic nature. The American Endocrinological Association proposes treating those with TSH greater than 10mU/L and at lower levels, depending on risk versus benefit.
Key words: Hypothyroidism, Levothyroxine, Thyroid, Treatment, Subclinical hypothyroidism
Introducción
El hipotiroidismo es una de las enfermedades crónicas más comunes en el mundo. Se calcula que actualmente presenta una prevalencia de 4.6% en la población norteamericana y es más frecuente en mujeres1. Esto es de gran relevancia debido a que, las hormonas tiroideas se relacionan con la fisiología y homeostasis corporal, son fundamentales para el desarrollo de la función cognitiva y participan en procesos como la regulación del metabolismo, la fisiología cardiovascular y del sistema musculoesquelético, entre otros2.
Una de sus principales causas es de origen autoinmune, conocida como tiroiditis de Hashimoto, que se caracteriza por la destrucción del tejido tiroideo mediada por anticuerpos3, aunque se ha encontrado que contribuyen factores de la inmunidad tanto celular como humoral. En especial se destaca la acción de las células T citotóxicas que se encargan de la destrucción directa de células tiroideas. Los pacientes que padecen dicha enfermedad, presentan concentraciones séricas elevadas de autoanticuerpos contra la tiroglobulina, la peroxidasa tiroidea y anticuerpos que bloquean la acción de la TSH sobre su receptor4,5.
Signos y síntomas
Las manifestaciones clínicas del hipotiroidismo son altamente variables, dentro de las que se encuentran la fatiga, intolerancia al frío, aumento de peso, estreñimiento, piel seca, mialgias e irregularidades del ciclo menstrual. Al examen físico dentro los allazgos más frecuentemente encontrados están el bocio y la bradicardia 6.
Diagnóstico y manejo
El diagnóstico principalmente se realiza con un resultado de TSH elevado, por encima del valor de referencia del laboratorio el cual usualmente se encuentra entre 4-5 mU/L y posteriormente se solicita T4 libre para diferenciar entre el hipotiroidismo primario, central y el subclínico7.
El hipotiroidismo primario representa el 95% de los casos de hipotirodismo y se diagnostica con un valor de TSH elevado y una T4 libre disminuida. Entre sus principales causas se encuentra la tiroiditis de Hashimoto, el hipotiroidismo postquirúrgico y por medicamentos como el litio y la amiodarona8. Con respecto al tratamiento farmacológico se realiza con Levotiroxina en dosis inicial de 1.6 mcg/kg/día en paciente jóvenes sin enfermedad cardiovascular y en adultos mayores o con enfermedad cardiovascular se inicia con dosis de 12.5 a 25 mcg/día y posteriormente, se realiza seguimiento a las 6-8 semanas con monitoreo de TSH para titulación8,13. Por su parte, el hipotiroidismo central se diagnostica cuando el nivel de TSH es normal pero la T4 libre se encuentra disminuida, lo que se debe a una estimulación insuficiente de la glándula tiroides por parte de la hormona TSH, generalmente por alteraciones a nivel de la hipófisis (conocida como hipotiroidismo secundario) o a nivel hipotalámico (conocido como hipotiroidismo terciario)9.
Por último, el hipotiroidismo subclínico, usualmente asintomático, tiene una prevalencia del 4-12% en Estados Unidos10. Se diagnostica cuando la TSH se encuentra elevada y la T4 libre dentro de valores normales. Dentro de las causas se encuentra en su mayoría la causa autoinmune con anticuerpos anti-tiroperoxidasa (anti-TPO), tratamiento con fármacos ablativos para enfermedad de Graves, tiroidectomía parcial previa y antecedente de radioterapia en la región11. Con respecto al manejo de esta patología es controvertido si se debe realizar observación o tratamiento farmacológico, ya que la Levotiroxina no se encuentra aprobada por la FDA para su tratamiento12. Sin embargo, en la guía de práctica clínica de la Asociación Americana de Endocrinología se recomienda iniciar el esquema de Levotiroxina usado en hipotiroidismo primario en pacientes con niveles de TSH superiores a 10 mU/L; situación que no es tan clara en pacientes con niveles de TSH inferiores al mencionado donde se deben tener en consideración otros factores para definir riesgo o beneficio de la terapia farmacológica. Dentro de los factores a tener en cuenta, se encuentran a favor del tratamiento los siguientes: pacientes con edad inferior a 70 años, mujeres embarazadas, infertilidad, pacientes con bocio sintomático, presencia de anticuerpos anti-TPO positivos y alto riesgo cardiovascular. Y como factores de riesgo se encuentran: taquicardia, fibrilación auricular, falla cardiaca, angina de pecho y anemia severa 13. A pesar de la alta prevalencia de la enfermedad, aún no hay un consenso claro en cuanto a si se debería iniciar el tratamiento farmacológico o no, y se deja a criterio médico según los criterios anteriormente propuestos.
Bibliografía