El tratamiento temprano contra el VIH podría revertir el envejecimiento prematuro

Un equipo de investigadores del Hospital Universitario La Paz, ha observado que la introducción temprana del tratamiento antirretroviral.

Yolimarian Torres Yolimarian Torres

    El tratamiento temprano contra el VIH podría revertir el envejecimiento prematuro

    La infección por el virus de inmunodeficiencia humana (VIH) provoca un estado inflamatorio a nivel celular y bioquímico que lleva al envejecimiento prematuro, lo que explica que pacientes infectados tengan una edad biológica unos cinco años mayor a la que marca su fecha de nacimiento.

    El tratamiento antirretroviral ha conseguido convertir la infección por VIH en una enfermedad crónica manejable, alargando la esperanza de vida de los pacientes que la sufren. Recientemente, un equipo de investigadores del Hospital Universitario La Paz, ha observado que la introducción temprana del tratamiento antirretroviral es, además, capaz de revertir parcialmente el envejecimiento biológico inducido por el virus.

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    Llevada a cabo en colaboración con la Red Europea para el Tratamiento de VIH, Hepatitis y Enfermedades Infecciosas (NEAT ID) y publicada en The Lancet-HIV, esta investigación es una de las primeras que muestra el efecto positivo sobre el envejecimiento biológico de una intervención terapéutica.

    “Nuestro estudio es el primero que analiza cuatro relojes epigenéticos distintos en un número importante de pacientes controlados dentro de un ensayo clínico realizado a nivel europeo”, destaca Berta Rodés, una de las autoras de la publicación.

    Sólo un estudio realizado con anterioridad en 19 pacientes de la cohorte VACS (Veterans Aging Cohort Study) de Estados Unidos utilizando el reloj epigenético encontró que los antirretrovirales son capaces de revertir parcialmente el envejecimiento biológico.

    “Conforme la población con VIH envejece, se ha observado que presentan una mayor probabilidad de desarrollar patologías relacionadas con la edad, tales como las enfermedades cardiovasculares, el cáncer o el deterioro neurocognitivo que aparecen antes que en el resto de la población”, destaca Josep Mallolas, jefe de la Unidad VIH-SIDA del Hospital Clínic de Barcelona y Consultor Sénior del Servicio de Infecciones del mismo centro. “Con el tratamiento antirretroviral podemos evitar el mayor envejecimiento de nuestras células”, añade el experto.

    Estudiar los relojes epigenéticos para predecir la edad biológica

    La investigación, liderada por el centro madrileño, estudió a 168 pacientes con VIH de 15 países europeos. Se hizo el seguimiento a pacientes antes de iniciar el tratamiento y dos años después de su inicio y se incluyó a 44 individuos sin VIH con las mismas características de edad y sexo. Los investigadores analizaron el envejecimiento biológico utilizando como biomarcadores cuatro relojes epigenéticos en muestras de sangre, es decir, algoritmos que predicen la edad biológica de acuerdo con los niveles de una serie de modificaciones químicas en el ADN que se sabe que cambian con la edad.

    Según los cuatro biomarcadores analizados, los pacientes con VIH sin tratamiento presentaban una aceleración del envejecimiento biológico en comparación con los individuos sin VIH (entre 1,5 y 7,3 años dependiendo del reloj). Además, los investigadores observaron que este envejecimiento acelerado estaba intensificado en aquellos pacientes con una inmunodeficiencia de linfocitos T CD4 más marcada (<200 cells/µL)  y niveles plasmáticos de virus más elevados (100.000 copias/mL).

    “Observamos que la mejora del tamaño telomérico en sangre estaba claramente relacionada con la mejora del perfil de inmunosenescencia típico de la infección por VIH”, afirma Rodés.

    Las comorbilidades asociadas al VIH

    Las enfermedades relacionadas con el VIH asociadas con un síndrome de envejecimiento prematuro se describen por una desregulación multisistémica y mayor vulnerabilidad a agentes estresantes. La fragilidad se define cuando se presentan tres o más de los siguientes factores: pérdida de peso, debilidad, agotamiento, lentitud o poca actividad física.

    En general las tasas de enfermedad vascular y cerebrovascular son más altas en personas con VIH mayores de 50 años en comparación con la población de la misma edad sin  VIH. “Además del riesgo de desarrollar mucho antes comorbilidades, existe en estos pacientes un mayor riesgo de polifarmacia para tratar dichas enfermedades y un mayor riesgo de interacciones medicamentosas entre el tratamiento antirretroviral y los fármacos usados para tratar las comorbilidades”, señala Francesc Martínez, miembro del Grupo de Trabajo sobre Tratamientos del VIH (gTt-VIH).

    “Al igual que los pacientes con lupus, aquellos que viven con VIH presentan una mayor incidencia de alteraciones cardiovasculares, ictus, infarto de miocardio, problemas neurológicos, de sobrepeso, dislipemia, etc”, explica Mallolas, que atiende a unos 6.000 pacientes con esta condición, de los cuales la mitad son mayores de 50 años.

    En la actualidad, con una buena adherencia, la tasa de eficacia del tratamiento es muy elevada. Según explica el virólogo, “la eficacia (porcentaje de carga viral indetectable < 50 copias en los ensayos clínicos) con los fármacos más novedosos es superior al 90 % y la efectividad (porcentaje de pacientes con carga viral indefectible en la vida real, fuera de los ensayos clínicos) en los pacientes de nuestro hospital es también mayor del 90 %”.

    Pero además de conseguirse fármacos con una eficacia altísima y con una tolerabilidad muy buena sin efectos adversos, “¡con una sola pastilla al día tienes el tratamiento hecho!”, destaca el experto.

    El futuro de los pacientes con VIH

    Aunque parece que estamos más cerca de una vacuna efectiva, como explica Rodés, “su desarrollo está siendo complicado”. Uno de los ensayos clínicos en marcha para evaluar una vacuna preventiva, el HVTN 702, se paró en 2020 porque no mostró eficacia en la prevención de la infección. Actualmente existen otros dos ensayos: el estudio Imbokodo realizado en mujeres africanas y el estudio Mosaico en distintos grupos de población de riesgo en Estados Unidos, América Latina y Europa. Los resultados de las investigaciones se esperan para el 2021 y el 2023, respectivamente.

    ”Nuestro centro lidera un proyecto de vacunas preventivas, y aunque estamos en ensayos clínicos, soy muy optimista y creo que habrá buenos resultados”, dice el jefe de la Unidad VIH-SIDA del Clínic. El grupo del Hospital Universitario La Paz del que forma parte Rodés también participa en el ensayo clínico conocido como AELIX-003.

    Según datos de ONUSIDA a finales de 2019, había 38 millones de personas con la infección. No obstante, en 2019, el 68 % de los adultos y el 53 % de los niños con  VIH estaban en tratamiento antirretroviral. “Está claro que con el tratamiento se ha conseguido aumentar la esperanza de vida de los pacientes significativamente hasta aproximarse a la esperanza de vida de la población general. Que este aumento de esperanza de vida sea o no saludable es otra cosa, y de aquí la importancia de la utilización de estos biomarcadores para entender el proceso de envejecimiento, monitorizarlo y poder diseñar intervenciones para revertirlo o minimizarlo”, dice Rodés.

    “No podemos negar el avance que hemos conseguido con el control de esta infección”, afirma Mallolas. El experto recuerda que el 5 de junio del 2021 se cumplirán 40 años desde el primer caso detectado de sida en Los Ángeles que la describía como una nueva enfermedad mortal. Hasta la fecha se estima que 39 millones de personas han fallecido a causa del sida o enfermedades relacionadas. “Mi objetivo es que mis pacientes se mueran con 90 años con VIH, pero no por él”, concluye el virólogo.

    Fuente: Univadis

    Licenciada en Comunicación Social egresada de la Universidad de Los Andes, Táchira, Venezuela. Locutora Certificada por la Universidad Central de Venezuela. Redactora de Medicina y Salud Pública.