La especialista anhelaba ser patóloga, pero su deseo por ayudar le llevó a ahondar en el área de gastroenterología.
La Dra. Esther Torres, directora del centro para enfermedades inflamatorias del intestino-UPR y presidenta de la fundación Esther A. Torres pro Enfermedades inflamatorias del intestino (FEAT) promueve la campaña de concientización, junto con Medicina y Salud Pública, sobre las enfermedades inflamatorias del intestino.
El día mundial de estas condiciones es el 19 de mayo, por lo que se une a esta gestión para dar apoyo a los pacientes con enfermedad de Crohn y colitis ulcerosa, condiciones crónicas, con inflamación intestinal, que no se curan y cuya causa se desconoce aún, buscando impactar positivamente en la calidad de vida de estos pacientes y que puedan hacer una vida normal.
La doctora Esther Torres es gastroenteróloga, catedrática en medicina, en el Recinto de Ciencias Médicas, estudió medicina en la Universidad de Puerto Rico, hizo su preparación en medicina interna en el Hospital de Veteranos y la especialidad en gastroenterología en el programa combinado de la Universidad de Puerto Rico con tres hospitales (hospital municipal, hospital de veteranos y el hospital universitario). En este momento dirige la Unidad de Investigación de Gastroenterología y el Centro para Enfermedades Inflamatorias Intestinales de la Universidad de Puerto Rico.
Recuerda que, desde pequeña, siempre decía que quería ser médico, pero no sabe con precisión de dónde vino esta motivación. Su mamá contaba que ella dijo primero que quería ser maestra y resulta que hizo ambas cosas, ya que es médico y maestra.
Cuando estudió medicina, su primera idea fue convertirse en patóloga porque en ese momento le parecía un área muy interesante, pero todo cambia con su experiencia de trabajo en el hospital de veteranos, en donde conoce a la persona que dirige el área de gastroenterología, quien era su jefe en ese verano, se convirtió en su mentor profesional y le brindó la oportunidad de conocer la parte clínica de la gastroenterología, además del acercamiento con los pacientes en esta área le permitió tomar otro camino optando por tomar medicina interna y luego gastroenterología.
Cuando comenzó la residencia, el número de pacientes con enfermedades inflamatorias intestinales era muy bajo, sin embargo, en sus años de internado de residencia atendió dos pacientes que le impactaron mucho, las dos fueron mujeres, con colitis ulcerosa y ambas fallecieron y comprendió que había tomado la mejor decisión para servir a pacientes con esas condiciones, pese a que en ese entonces se creía que la enfermedad de Crohn no existía en Puerto Rico, pues, se consideraba que era una enfermedad de países nórdicos o de Estados Unidos, pero en esos años de residencia vio el primer caso en un paciente con una lesión en el intestino delgado, del cual pensaron que se trataba de un linfoma, pero al operarlo resultó ser enfermedad de Crohn. Se trataba de una persona que nunca había salido de Puerto Rico.
Luego, comienzan a aumentar el número de casos, la mayoría con colitis ulcerosa, y debido que son pacientes complicados y requieren una coordinación con otras especialidades porque la enfermedad se manifiesta en otros sistemas también, decidieron agruparlos en una clínica especial, dedicada solamente para pacientes con enfermedades inflamatorias intestinales.
Comenzó en el hospital, con un grupo pequeño, luego en clínicas externas e inicia una colaboración interdisciplinaria como proyecto para cuidar a estos pacientes y crearon un servicio de hospital directo, donde los gastroenterólogos son los médicos de cabecera. Hoy día son el único centro interdisciplinario integrado en Puerto Rico, con nutricionistas, psicólogos, enfermeras, gastroenterólogos pediátricos y otros especialistas como dermatología, oftalmología, ginecólogos, reumatólogos, entre otros. También acuden especialistas en farmacia para dar consejería sobre los medicamentos a los pacientes.
Cuando Esther comenzó en la profesión el número de pacientes era pequeño, pero el número de pacientes creció. Otro cambio que han observado es que han visto niños con estas enfermedades y es un número que va en aumento, de niños con Crohn que serán adultos y conformarán un grupo grande a futuro. Las enfermedades también se han complicado más, el número de pacientes que requieren cirugía ha ido aumentando. Antes no existían herramientas poderosas para mantener a un paciente estable y ahora hay una mayor variedad de medicamentos para poder atender. Hay pacientes con enfermedades tan agresivas que los medicamentos no funcionan, por lo que se necesita más desarrollo.
Anteriormente, tampoco existían pautas específicas sobre la nutrición, ahora conocen elementos precisos en las dietas que contienen propiedades antiinflamatorias. Hoy día se conoce que hay elementos en las dietas que favorecen a las bacterias buenas y otros a las bacterias que no son tan buenas.
Se están aplicando estudios comparados y esto ha permitido corroborar que la alimentación tiene un impacto en los factores que los predisponen a la enfermedad, junto al factor genético. Se está pensando que hay factores que los llevan a desarrollar el proceso inflamatorio. Aunque son estudios, se está pensando que la modificación en lo que estas personas comen les podría ayudar a obtener una mejor respuesta en los tratamientos, mantenimiento de su bienestar –una vez se llega a la remisión- y, quizá, en unos años más, hasta prevenir que se enfermen.
Su pasión surgió tras conocer estas condiciones que hoy son su razón profesional. Foto: Revista de Medicina y Salud Pública. Fabiola Plaza.
Hoy también conocen lo importante que es el manejo del estado emocional de estas personas, pues el porcentaje de pacientes con ansiedad y depresión, asociados a la enfermedad es significativo, por lo que es algo que se debe atender, dada la conexión entre el cerebro y el tracto gastrointestinal, así que mejorando esto también se obtiene una buena respuesta a los medicamentos. Esto ha sido un cambio drástico en los últimos años.
La doctora Esther sostiene que es difícil identificar una anécdota de un paciente a través de tantos años porque todos ellos son la inspiración del trabajo, se denominan héroes porque en realidad lo son: la mayoría de estos pacientes desarrollan la enfermedad en la adolescencia o en la adultez joven y se deben enfrentar al hecho de que el resto de su vida vivirán con ella. Es increíble el ver cómo estos pacientes lo aceptan y dicen “yo tengo Crohn, pero el Crohn no me tiene a mí” y cómo luchan día a día para impedir que la enfermedad no les domine, son un aliciente para continuar apostando por la investigación.
No es fácil obtener datos de incidencia y prevalencia sobre estas condiciones, pese a que se han realizado estudios que han evidenciado un aumento significativo de las enfermedades a lo largo de los años.
El llamado es a crear conciencia sobre estas condiciones, ya que no son tan raras como se puede imaginar. Pensar en estas condiciones es importante para los pacientes que presentan síntomas persistentes, tales como dolores abdominales, diarrea, sangrado en las heces, un niño que no crece, entre otros que son síntomas de alerta. El diagnóstico más temprano y el tratamiento más temprano, ayudan a evitar complicaciones en estas condiciones, por ello, la conciencia sobre esto, tanto en público general como en médicos de primera línea, es sumamente importante.