La enfermedad arterial periférica, afecta todos los vasos del cuerpo, el corazón, las arterias del cerebro y las arterias periféricas.
Es básicamente una deposición de calcio y placa, que ocurre por algunos factores de riesgo como presión alta, diabetes, fallo renal, obesidad, hábitos como el consumo de cigarrillo o colesterol elevado, lo que causa un endurecimiento de las arterias.
Esta obstrucción en el progreso puede llegar a causar bloqueos arteriales y graves complicaciones en la salud.
El Dr. Iván Domínguez, cirujano periferovascular del Hospital Pavía Santurce en entrevista con la revista Medicina y Salud Pública (MSP), exaltó los adelantos de la medicina de Puerto Rico en beneficio de los pacientes con enfermedad arterial periférica.
En Puerto Rico los casos de pacientes con diabetes son elevados, así como las cifras de obesidad, por lo que esta afección en las arterias es una constante en la isla.
Dejar de fumar, realizar ejercicio para prevenir la obesidad, controlar malos hábitos y asistir con medicamentos enfermedades como la hipertensión, hacen que como individuos se pueda disminuir la progresión.
Dependiendo del vaso afectado, las personas suelen manifestar dolor en la pantorrilla, calambres, fatiga, dolor o molestia al caminar.
“Esto es un patrón bien repetitivo y se llama claudicación intermitente, las personas caminan uno, dos, tres bloques, empieza el dolor, paran de caminar y en uno o dos minutos el dolor se va, empiezan a caminar y comienza otra vez… esto puede ser bastante limitante en cuestión de la calidad de vida del paciente, en cuestión de satisfacción personal”, señaló el especialista.
En estos pacientes, además, pueden presentarse casos de amputación luego de no controlar ulceras o gangrenas, situaciones médicas no comunes en personas con circulación normal.
Un médico primario puede realizar un chequeo en la extremidad para ver si la piel tiene un color anormal como blanco o verdoso o temperatura elevada en la extremidad, también si se presenta dificultad para desplazarse o para mover el pie.
Un doppler, estudio no invasivo bajo un laboratorio vascular, también es clave, para medir la presión del brazo y de la pierna, revelando un cálculo para determinar si hay enfermedad o no. Dependiendo de los síntomas del paciente, también se puede acudir a un CT o un cateterismo.
“Usualmente cuando uno hace un cateterismo, uno tiene tres opciones para hacer una intervención, puede ser una angioplastia, poner un stent o malla o aterectomía en donde se usa un catéter para abrir un bloqueo”, explicó el cirujano.
Aterectomia: Dos catéteres que afectan el calcio para abrir un bloqueo.
Stent o malla: Causa una reacción de inflamación que hace que el vaso se mantenga abierto más tiempo, sin embargo, es común una re intervención ya sea a corto o largo plazo.
En el caso del bypass requiere anestesia general, una buena vena para hacer un puente, puede tomar hasta 5 o 6 horas dependiendo de la complejidad, presenta riesgo de infección en las incisiones, la recuperación en hospital es tardía.
La ultima evolución son los globos medicados, que, a través de un agente quimioterapéutico, evitan la proliferación con menor inflamación, es decir menor cicatrización, haciendo más efectivo y duradero el tratamiento sin tener que poner stent.
El globo medicado de la compañía Boston Scientific es una excelente alternativa para lesiones con poca clasificación o para acompañar otros tipos de tratamiento de acuerdo a la guía de su especialista.